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Entrevista

Jaume Ribot: "Los payeses no declararán ni un árbol enfermo por temor a Europa"

El veterano payés alerta de graves problemas si no se adapta un política de contención contra las plagas

Jaume Ribot, veterano payés y viticultor de Santa Margalida. P. C.

Jaume Ribot es el propietario de las bodegas Galmés Ribot y de los viñedos de los que se nutren. Observa con pasión y preocupación las noticias sobre la agricultura balear. Tiene una gran ilusión por la recuperación de las variedades antiguas de uva autóctona.

-¿Cómo está el panorama agrícola en Mallorca?

-Está en peligro. Contamos con un sector donde la media de edad supera los 50 años, baja rentabilidad, y ahora encima nos vienen asolando plagas terribles como esta última de la ´xylella´.

-Pensaba que aún no había afectado a los viñedos...

-Que se tenga constancia no, pero yo soy escéptico y pienso que es no tardará en verse. En Santa Margalida quedan muy pocos almendros sanos. Lo cierto es que darse una vuelta por el término municipal es patético, desolador. Si va usted desde Santa Margalida a can Picafort verá que todo son ´tanques´ de almendros muertos

-¿No es Santa Margalida uno de los municipios mayores productores de almendra?

-Hasta ahora lo era, incluso tenemos una feria de la almendra, pero me temo que el año próximo en vez de feria de la almendra tendremos que hacer la feria de la leña de almendro.

-¿Y entonces que hay que hacer?

-Con los almendros hay poco que hacer ya. Lo oportuno es arrancarlos y plantar de nuevo. En Santa Margalida hay payeses que entienden mucho, pero se sienten muy impotentes al ver toda esta devastación en el campo. Muchos árboles fueron plantados por sus antepasados y les duele ver esta situación. El Govern debería poner recursos y los técnicos hacer un seguimiento de cómo esta plaga afecta a las distintas variedades.

-¿Cómo ve usted la actuación del Govern?

-Hasta ahora no ha cogido el toro por los cuernos. Dice que si Europa nos obliga a erradicar dirá que no, pero eso no puede ser. Europa nos crujirá. Para decirle eso se debe ir con unos estudios y un plan muy claro de contención.

-Explíquese por favor.

-Lo que no se puede hacer es un papel informativo con un teléfono para que los payeses llamen y avisen de que han detectado un árbol o una parra infectada. Eso no lo hará nadie porque el payés es ´poruc´ y sabe que si hace eso será el primero en recibir cuando Europa diga que hay que arrancar. Lo que se ha de hacer es un plan de vigilancia y cuando se detecte una parra enferma quitarla y durante un año o dos vigilar las del rodal, pero con un compromiso de todos y con ayuda técnica. Tienen que dejar de gastar el dinero en chorradas y ponerse a la labor."Hasta ahora el Govern no ha cogido el toro por los cuernos con la Xylella, y Europa nos crujirá"

-¿Por qué cree que los payeses no informarán?

-Le pondré un ejemplo. En 1960 se declaró la peste africana en el sector porcino. Se pidió a los payeses que avisaran cuando observaran un animal enfermo. ¿Y que hacían? Cuando veían alguno renqueante se lo llevaban al matadero rápidamente; lo espavilaban con cuatro ´grapades´ y lo mataban para carne. Cuando el Gobierno decidió tomar cartas en serio y ofreció un precio de retirada por un poco menos del valor, la gente colaboró y se acabó la plaga.

-Habla usted con apasionamiento de la agricultura

-Es mi vida y mi forma de vida, Yo me he criado en el campo y quiero seguir viviendo del campo.

-¿Y la viña?

-Mi ilusión de los últimos años. La viña me ha dado muchas alegrías y una cantidad ingente de preocupaciones y trabajo. Y quiero decir algo en favor de los políticos de ahora. Lo están haciendo muy bien con las variedades antiguas.

-¿Por qué?

-Porque han comprendido que si queremos tener un vino de calidad, diferente al resto del mundo, hemos de recuperar aquellas variedades de hace 70 ó 100 años y están involucrados en ello. Hemos recuperado la gorgollasa y estamos implicados en recuperar el escursac. Yo colaboró en ello con viñas experimentales.

-¿Qué ventajas tienen?

-Muchas e importantes. Para empezar: hoy en día nadie quiere un vino muy alcohólico; lo quieren de doce o trece grados como máximo. Estas variedades: la gorgollasa, el escursac, la argamussa, el vinater blanc etc, hechas a la tierra y al clima, maduran bien y dan poco grado. Sin embargo, las grandes variedades internacionales, con nuestro sol, hay que vendimiarlas casi verdes porque se disparan.

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