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Entrevista

Fausto Puerto: "Al final acabas aprendiendo qué tipo de lector es cada cliente"

"En toda librería hay imprescindibles además de las novedades: los libros infantiles y las guías de viaje"

Fausto Puerto Quetglas (Manacor, 1975) posa en su librería del Carrer Major de Manacor. s. sansó

¿Cuál fue su camino hasta llegar a ser librero?

Siempre había trabajado en el sector turístico. Trabajé como recepcionista en la República Dominicana durante dos años y los últimos cuatro como subdirector del hotel Son Floriana, por ejemplo. Pero en realidad el turismo nunca fue una cosa que me apasionara.

¿Y por qué una librería?

Desde que tengo recuerdo siempre he tenido un libro en las manos. Me apasiona la lectura, así que pensé que en Manacor podía tener un sitio, porque como lector muchas veces no encontraba lo que buscaba y tenía que desplazarme a Palma. O seguía con el turismo o hacía un cambio radical.

¿Hace cuánto tiempo que decidió arriesgarse?

En 2004, aunque a este local llegué hace ahora seis años.

¿Es fácil arrancar?

No lo es. Yo no tenía ni idea de los pasos que tenía que dar, no tenía contactos ni conocía los distribuidores... tampoco como gestionarlo, así que todo fue un poco prueba y error hasta que me fue bien.

¿Cómo distribuyó el presupuesto para comprar los libros?

Primero miré cuáles eran las novedades y abrí con ellas y después empecé a crear un fondo de libros que me gustaban según mi criterio. Un 70 y 30% respectivamente

¿Algunos imprescindibles para que una librería tenga éxito?

Las guías de viaje por ejemplo son muy importantes, así como los libros infantiles. Después vendría la narrativa y los de ensayo, que quizá tengo más de los que vendo, porque me gustan. También me gusta tener siempre algunos libros de arte...

¿Más en catalán o castellano?

Los infantiles los tengo actualmente todos en catalán, aunque el porcentaje global de la librería sería 65% en castellano y 35% en catalán. Los clientes todavía compran más en castellano, sobre todo la narrativa, lo que no quiere decir que la tendencia cambie en unos años.

¿Cuál es el libro más caro que tiene?

Seguramente algún libro ilustrado de la editorial Taschen, que deben rondar los 150-200 euros.

¿Los libros que no se venden pueden devolverse?

Las novedades editoriales se aguantan durante un tiempo para después, o bien pasar al fondo o bien devolverse al mismo precio. De hecho si no existiera esa posibilidad una librería no sería rentable; habría que ajustar muchísimo las compras como pasa en una tienda de ropa, por ejemplo.

¿Los precios varían de una librería a otra?

En teoría no debería ser así, los libros deben valer lo mismo en una que en otra, ya que vienen marcados por un precio de venta al público. Aunque es cierto que grandes cadenas pueden llegar a rebajar un máximo de un 5%.

¿Se puede vivir de ello?

Los márgenes de beneficio por libro son muy ajustados. En mi caso sí que puedo vivir de ello porque solamente soy yo. El mismo negocio situado en Palma tal vez diera mayores beneficios por volumen de ventas, pero no que quejo, en Manacor no hay mucha competencia.

¿Manacor es una ciudad lectora?

Digamos que existe un público que es muy consumidor de libros y que está atento cada semana a las novedades, otro que no solo compra esporádicamente en fechas determinadas... se puede decir que la minoría compensa la mayoría. Después habría una tercera tipología que sería el cliente ocasional que viene varias veces al mes

¿Un libro es caro?

Podrían ser un poco más baratos, pero en general crea que sus precios se suelen ajustar a lo que ofrecen, que es mucho. Como le decía los márgenes de todo el proceso que conlleva que un libro salga a la calle son tan ajustados, que su precio también lo es. Tenga en cuenta que de un libro debe ganar dinero el editor, el escritor, el distribuidor, el transportista y el librero... y antes incluso el maquetador, el corrector y el traductor en caso de que lo haya.

Món de Llibres también es una editorial.

Efectivamente, desde 2009. Hace ocho años que me dedico a editar los cuatro premios anuales Ciutat de Manacor, además de uno o dos libros más a mi elección. Tiramos entre 400 y 500 ejemplares de cada uno.

¿Sus clientes se dejan aconsejar o le piden consejo?

Muchos me piden consejo y no tengo problema en dárselo, aunque en ocasiones es muy delicado, porque es para una tercera persona a la que no conozco... Al final acabas aprendiendo qué tipo de lector es cada cliente. En ocasiones cuando llega un libro nuevo, automáticamente ya sabes a qué cliente seguro le gustará.

¿Cuántos libros lee usted al año?

Mínimo uno a la semana y a veces dos o tres.

¿Los acaba todos?

No, soy de los lectores que si no le gusta un libro pasa a otro sin problemas... hay muchas cosas buenas aún por descubrir. Siempre sé lo que tengo pendiente.

¿Relee?

Debería hacerlo más.

Enumere sus imprescindibles

En mi lista estaría sin duda Anna Karenina, de León Tolstoi; una novela de Charles Dickens como David Coperfield, porque pienso que nadie debería morir sin leer a Dickens; y otra obra que me llevaría a un isla desierta sería por ejemplo los Ensayos de Montaigne, porque está todo dentro.

¿Y para este verano?

Podría ser Agua Salada, de Charles Simmons o cualquiera de Robertson Davies. También la edición completa de los cuentos completos de Roald Dahl. En cuanto a autores mallorquines destacaría a Tomeu Matamalas o a Sebastià Alzamora.

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