"No me lo creo, tengo el miedo metido en el cuerpo, ves esto...me da ganas de quedarme encerrada en casa; me han impactado las noticias de estos días y más la de hoy".

Margalida es vecina de Inca, una localidad de 31.000 habitantes del centro de Mallorca que el miércoles acogió con sorpresa la detención de cuatro presuntos yihadistas y que hoy se muestra "incrédula" tras conocerse que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz cree que uno de ellos "habría planeado" una "matanza" en la plaza del ayuntamiento de este tranquilo pueblo con la "intención de convertirse en mártir".

Tras hacerse pública la noticia, una docena de personas seguían atentas en el bar "Columbia" los informativos que mostraban imágenes la plaza del y el propio establecimiento, situado debajo de la casa de uno de los detenidos, que por orden judicial quedarán en prisión provisional, comunicada y sin fianza por el delito de integración terrorista.

Margalida ha relatado con la voz entrecortada que esta familia es "muy educada", se saludaban todos los días y coincidían en la recogida de los niños del colegio. "Son gente tan normal y ves esto..."

Joan, su marido, también ha contado cómo cruzaba a diario unas palabras con uno de los detenidos, incluso en mallorquín, porque a su parecer son "gente de lo más normal y corriente; además esto no es Madrid, ni Palma...esto es un pueblo".

"Ahora incluso tengo más miedo porque no sabes cuándo a un imbécil radicalizado le da por hace algo", ha añadido. Mientras tanto, al encargado del bar, Pep, ha señalado que uno se imagina que esto "nunca puede pasar" y ha defendido la labor preventiva de las Fuerzas de Seguridad: "La Policía hace bien su trabajo y hace lo que tiene que hacer".

Ellos y el resto de clientes han mostrado su sorpresa, aunque recuerdan que "tampoco nadie" se esperaba que ETA fuera a atentar en Mallorca, en una "isla", donde el 30 de julio de 2009 asesinó a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá en lo que fue su último atentado terrorista.

A unos cientos de metros de este bar se encuentra la Plaza de España de Inca, presidida por el ayuntamiento, con una gran bandera por el Día del Orgullo Gay, y rodeada de comercios y bares.

Es el centro neurálgico de esta localidad de donde son la propia presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, y la delegada del Gobierno en las Islas Baleares, la popular María Salom.

A las tres de la tarde apenas había gente, pero pasado el tiempo han aparecido vecinos que no tenían otro tema de conversación. "A cuchillazo limpio querían liarla", se escuchaba a una camarera decir mientras miraba con curiosidad su móvil para conocer más detalles.

Rafel, el dueño de otro bar, ha reconocido que se le han "puesto los pelos de punta" al saber de la noticia y ha añadido: "La que se podía haber organizado aquí, la verdad es que no te lo imaginas", sobre todo porque la convivencia con la población inmigrante, cerca del 9 por ciento, mayoritariamente magrebí, es "muy normal".

Precisamente, en el otro extremo de la plaza dos jóvenes marroquíes de Inca, porque llevan aquí "toda la vida", comentan los sucesos.

Samir, de 22 años, tiene claro que la sola idea de "pensar" en actuar con violencia "en el nombre de Alá no es humano; nuestra religión no es así".

Por su parte, Nabil, de 19 años, que conoce "de vista" a todos los detenidos, afirma que "no es creíble" que tuvieran intención de atentar y que saldrán de la cárcel.

Mientras tanto, en la plaza el alcalde, Virgilio Moreno, atiende a los medios de comunicación y destaca el espíritu de convivencia que siempre ha reinado en este municipio entre las diferentes comunidades.

Esta tarde se reunirá con los portavoces municipales para expresar conjuntamente un mensaje de tranquilidad y también se encontrará con los representantes de las tres mezquitas de esta localidad pacífica del centro de una isla en la que cada año pasan unos 12 millones de turistas, principalmente alemanes y británicos, cuyos medios recogerán mañana esta noticia.