"Si la Generalitat de Catalunya no puede o no le dejan conseguir urnas, nosotros se las haremos llegar, no hay ningún problema", dice convencido Guillem Cànoves, propietario del bar Can Lliro de Manacor, mientras repasa su plan para lograrlo: "Se trataría de que los clientes, amigos y todo aquel que quiera, sea de aquí o no, pueda apadrinar una urna por la libertad y la democracia", explica; "ya he contactado con varias empresas fabricantes de Barcelona para pedir presupuestos, y no ha habido pegas, cada una estaría sobre los 30 euros".

La idea es tan sencilla como original. Todo aquel padrino interesado podrá, a partir del 15 de julio, apuntarse a una lista y hacer su donativo, mediante el cual recibirá un título personalizado con su nombre y el número de la urna que ha subvencionado, "que irán numeradas como si fueran una litografía, por ejemplo, porque como el arte, esto también es cultura", señala Lliro quien, ni que decir tiene que se manifiesta a favor del sí a la independencia de Catalunya como república respecto al estado español.

"Si en 1714 durante la Guerra de Sucesión, desde Mallorca enviamos pólvora y comida en barcos a los catalanes en situación de asedio, ahora haremos lo mismo pero con urnas", apostilla.

En todo caso remarca que el objetivo numérico no es una obsesión: "Veremos hasta dónde llegamos. Igualmente si esta iniciativa privada logra calar en más poblaciones de Valencia, Tarragona o de Castellón, por decir algunas, bienvenida sea, nos coordinamos hasta llegar a las 8.000 necesarias para el referéndum y ya está; lo importante es conseguirlo".

Una vez completada la lista de padrinos y antes del uno de octubre, fecha en que está prevista la celebración de la consulta catalana, las urnas (oficiales de metacrilato, desmontables y con candado) serán entregadas a las autoridades autonómicas, ya sea en régimen de donación o de alquiler. "En vista del problema, causado por una presión política española o no, que ha existido a la hora de que empresas especializadas en la fabricación de urnas puedan suministrar a la Generalitat, nosotros nos ofrecemos sin problemas".

Mayor visibilidad

Para conseguir que el proyecto tenga una mayor visibilidad, Cànoves ya ha contactado con amigos y asociaciones catalanas favorables al derecho a decidir y a la independencia, para que desde allí se puedan sumar más iniciativas similares a la mallorquina, pionera por el momento en el apadrinamiento.

Respecto a si él acudirá a la llamada del referéndum tras el verano, explica que "probablemente me desplace a Barcelona para verlo de primera mano"; "Yo estoy en España de una forma emprenyada y no porque quiera o me sienta español". En este sentido reconoce que aunque en Mallorca el independentismo no ha logrado calar lo suficiente, todo es posible con el tiempo: "Quién sabe, hace unos años Convergència no lo era y mire ahora; El PSM o Més ahora también está empezando a cambiar su discurso en este sentido".