La noche y el día de Sant Joan siguen siendo un referente mágico en distintos pueblos de la Part Forana de Mallorca, una jornada donde volver a empezar, donde la luz sanadora inicia un día donde apagar lo malo y encender un año natural repleto de buenos augurios coincidiendo con el verano.

En Manacor, por ejemplo, los primeros rayos del alba se proyectaron a las 6,21 horas sobre los dos vimers del Hort des Correu, donde cada año decenas de niños aquejados de hernias pasan entre las ramas de los dos árboles con propiedades especiales. Minutos antes y aún a oscuras, miembros de la familia Sureda-Sunyer preparan el ritual, repartiendo los números y las telas identificativas a los 26 niños que ayer llegaron hasta la finca, cortando longitudinalmente las ramas por donde los pequeños deben pasar, desnudos, para que la savia del árbol toque el punto exacto de la dolencia y así guarecerse de la temida operación quirúrgica.

Una vez completado el paso, la rama vuelve a unirse con hilo de rafia para después cubrirse con barro de alfarero. Un proceso ancestral cuyo 'fruto mágico' no se conocerá hasta dentro de un mes, cuando llegue Sant Jaume: si el corte ha vuelto a unirse querrá decir que el pequeño también habrá sanado.

El tradicional baile de Sant Joan Pelós recorrió ayer las calles de Felanitx al compás de la música de guitarras, flautas, bandurrias y guitarrons. Decenas de vecinos y bares celebraron el día especial con la banda y les ofrecieron ginets, ensaimadas y cocas. Un baile popular que como es tradición, acabó con la figura del bautista repartiendo claveles entre los espectadores.

Más al norte, en Sant Llorenç, la iglesia parroquial volvió a acoger la misa solemne en honor a Sant Joan Baptista. Sant Joan Pelut, interpretado por Biel Nicolau, fue el encargado de coreografiar el baile de la ofrenda. Tras él, ya en la calle, el protagonista danzó de nuevo, esta vez con los dimonis. Es tradición que durante el recorrido urbano acompañado por músicos y xeremiers, los padres de los niños más pequeños entreguen sus chupetes tanto al santo como a la comitiva de demonios.

En Sant Joan, y tras la preceptiva homilía en pro del patrón, la figura de Sant Joan Pelós emergió ya por la tarde junto al ave de fuego, el Corb de Sant Nofre, para juntos recorrer el pueblo. Antes, a las 6,15 horas los vecinos que quisieron pudieron ver salir el sol acompañados de chocolate y coca. A las siete de la tarde salieron los Dimonis de Son Juny y los Xeremiers de l'Ajuntament.

El viernes noche, La Flama del Canigó, recién llegada del Parlament de Catalunya, subió al Castillo de Alaró de la mano del alcalde Guillem Balboa. Media hora más tarde se hizo una visita guiada por las antiguas murallas a cargo el historiador Andreu Mateu y el arqueólogo Biel Llodrà.

En Muro, los cabezudos representativos de las possessions del municipio volvieron a sumarse al pasacalles junto a gigantes y xeremiers, en lo que fue una jornada de lo más animada para ensalzar al patrón murer.