La mayoría de conductores de autocar que este lunes acudieron al Port de sa Calobra consideran acertada la medida municipal que limita el acceso a 35 autocares diarios.

Este lunes comenzó a aplicarse la ordenanza municipal y bajaron a la pequeña cala un total de 22 autocares Los chóferes destacan que "la iniciativa es buena por cuanto regula el acceso y no tenemos que preocuparnos por nada; ni si habrá sitio para aparcar, ni si podremos descargar bien porque está todo previsto. Llegamos descargamos y vamos a nuestro estacionamiento reservado", manifestó Manuel Palomino, el primer chófer que llegó a sa Calobra con su autocar. Este profesional opina que "el único inconveniente puede ser el descargar el pasaje si llegamos varios a la vez, pero para eso está tener un poco de paciencia y sentido común".

El Ayuntamiento ha colocado dos grandes carteles informativos en la entrada principal de la cala y junto a ellos se colocará cada día una patrulla de la Policía local, encargada de vigilar el cumplimiento de la normativa y la llegada de los autocares autorizados.

El primero de ellos llegó a las 11,30 horas y no tuvo ningún problema en descargar y colocarse en su estacionamiento. Antes, cuando llegaba un autocar estacionaba donde le parecía. Ahora se han grafiado las plazas y los vehículos aparcan en orden de llegada. Antoni Solivellas, alcalde de Escorca, presente este lunes durante toda la mañana en sa Calobra, explica que "el haber ordenado esta faceta nos ha permitido liberar 45 plazas más para turismos".

La entrada a sa Calobra es en realidad un circuito. Los autocares acceden ahora por la avenida principal, giran a la izquierda junto al hotel pasando sobre el torrente, e ingresan en su zona de aparcamiento desde donde pueden salir por el vial que llega hasta el cuartel de la Guardia Civil, por detrás del núcleo urbano, y retomar la carretera de Lluc o Sóller.

Adrián Martín es otro de los primeros chóferes que llevaron excursionistas a sa Calobra. Al igual que su compañero aplaude la media y agrega aún más: "Deberían aplicarla también en otros dos puntos conflictivos de la isla". El experimentado conductor explicó que "probablemente el más complicado de todos sea el mirador de Formentor". Su compañero Manuel Palomino secunda la opinión, al igual que otros muchos profesionales que se reunieron en un improvisado corro para analizar la nueva medida de sa Calobra. Otro de los puntos que según los conductores necesita ordenación, para con los grandes vehículos se refiere, es Deià.

El Ayuntamiento de Escorca informó que ya hay algunas solicitudes de abonos, incluso una de 1.000 viajes por parte de una compañía. Cada viaje de autocar a sa Calobra supone el pago de una tasa de cinco euros, con descuento del 25% si se adquiere un abono de más de 500 viajes, y del 60% si se adquiere el abono de más de 1.000 viajes.

El acceso a la cala sin haber reservado plaza o haber satisfecho la tasa supone una sanción de 200 euros.

Solivellas explicó que "lo que se busca con esto es ordenar y evitar masificación". El alcalde rechaza cualquier acusación de afán recaudatorio y explica que "si el Govern entendiera que los principales gestores de las zonas turísticas somos los ayuntamientos, y una parte de la ecotasa fuera para nosotros, probablemente podríamos llevar a cabo esta ordenación o similares de forma gratuita, y otras muchas actuaciones".

Solivellas explica que "cuando se hizo público el anuncio de la limitación hubo quien dijo que 35 autocares diarios era aún una exageración, pero es que yo aquí he visto 70 y 90 autocares en un día hace sólo unos años". Algunos chóferes que este lunes accedieron a sa Calobra corroboraron la afirmación del alcalde.