En unos momentos en que el mundo taurino mallorquín se encuentra en una importante crisis por el aumento de la sensibilización hacia el sufrimiento animal y los incesantes intentos de abolición por parte de entidades animalistas y también desde el Govern, Muro conmemora durante este mes de junio el centenario de su plaza de toros, la Monumental, envuelto en la polémica por intentar preservar su propia tradición histórica.
De hecho, el ayuntamiento de Muro es el primer y único que, años atrás, declaró el municipio como protaurino y pese a que el Consistorio no ha organizado ningún acto de conmemoración con motivo del centenario del coso, lo que le reprocharon los socialistas locales, los 'murers' podrán disfrutar estos días de un festejo taurino especial que ha creado grandes expectativas entre una afición que no se resigna a despedir uno de los actos centrales de las fiestas de Sant Joan.
Y es que desde antaño, las fiestas patronales de Muro han ido muy ligadas a estos espectáculos, y mucho más allá de la posible afición taurina de los vecinos, han formado parte de la historia, la cultura y la vida del pueblo, incluso mucho antes de la construcción de su plaza de toros, que reúne características que la hacen única y especial.
La existencia de una prestigiosa ganadería situada en la posesión de Son Sant Martí, así como la de anteriores plazas ubicadas cerca del molino de 'Can Bernadet', en el claustro del convento o en la plaza de Sant Martí, demuestran que los toros eran un reconocido acto social que ya existía a finales del siglo XIX en la localidad del norte de Mallorca.
Singularidad
El nombre de la plaza, La Monumental, así como su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC) indican la singularidad de la construcción, puesto que dicho monumento destaca por sus particulares características y es una buena muestra del gran trabajo e ingenio de los picadores de piedra 'murers'.
La de Muro es la única plaza de toros del mundo que está construida, junto con todas sus dependencias, mediante las técnicas artesanas de extracción de piezas de 'marés', pero de forma circular, en una de las tantas canteras de la localidad.
También destacan sus zonas ajardinadas y los palcos con sus parras, recreando la mítica estampa de los corrales típicos de las casas de Muro.
Los inicios y la actualidad
Las fuentes orales cuentan que su propietario, Jaume Serra 'Rafaloto', un 'murer' bohemio y excéntrico con un importante poder adquisitivo y amante del mundo de los toros, decidió en un 'sopar de matances' construir la plaza mediante este sistema para sufragar el dispendio con la venta de la piedra, aunque la tradición cuenta que La Monumental fue también el motivo de su ruina.
La plaza de toros de Muro arrastra un largo historial de eventos desde su construcción, de la que ahora se celebran cien años. La Monumental ha sido escenario de espectáculos taurinos de toda índole con la participación de los toreros más importantes de cada época y no obstante también ha pasado por diferentes propietarios a lo largo de su centenaria trayectoria.
Finalmente, la plaza de La Monumental acabó en manos públicas cuando el grupo Balañá, propietario y explotador del edificio, demasiados años después de abandonar la conservación del coso, decidió ceder el edificio en el pasado año 2010 al ayuntamiento de Muro por una cantidad de 450.000 euros.
Posteriormente tuvieron que incorporarse otros 53.000 euros para adaptar la plaza a la normativa con el objetivo de poder seguir albergando espectáculos taurinos, pero también otro tipo de actos de índole cultural, musical y deportiva.
