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Urbanismo

Propietarios de la calle Teatre de Lloseta denuncian al IBAVI por deficiencias

Han extendido su demanda al alcalde y al arquitecto municipal al descubrir que sus bloques no disponen de fin de obras

Uno de los denunciantes muestra la poca altura que tienen las puertas de acceso al aparcamiento. P. C.

Varios vecinos de los bloques de pisos que construyó el IBAVI hace diez años en la calle Teatre de Lloseta han presentado denuncias ante el juzgado de Inca contra el Institut Balear de l´Habitatge por considerarse "estafados con la promoción". Los vecinos argumentan que el edificio presenta "vicios ocultos y deficiencias importantes", sostiene Adrián Rico, presidente de la comunidad de vecinos de uno de los bloques afectados.

Alejandro Sánchez es uno de los vecinos denunciantes. Sostiene que "a los dos años de adquirir la vivienda empezamos a ver muchos defectos que afloraban pedimos una respuesta y tras diez años de quejarnos todo sigue igual". Este afectado sostiene que en su vivienda, "los muretes del patio no están sujetos a la construcción principal y el movimiento del terreno hizo que se separasen.-La vivienda se encuentra en un terreno en pendiente.- Empezaron a aparecer grietas y nos dimos cuenta de que la obra tenía muchos defectos". De igual forma se aprecia como los pasillos peatonales que dan acceso a las viviendas también van hundiéndose lentamente.

Otro de los problemas que destacan los vecinos afecta a los aparcamientos subterráneos. Las rampas de acceso se construyeron de forma que no hay espacio suficiente como para entrar y salir sin tener que maniobrar. Igualmente las puertas y los puentes que se encuentran sobre estas rampas tienen sólo 1,90 metros de espacio abierto en determinados puntos por o que ciertos vehículos tienen muchos problemas o directamente no pueden acceder.

Alejandro Sánchez, indica que "por si esto no fuera suficiente, descubrimos que bajo las viviendas de uno de los bloques había estancias sin terminar y cuyo acceso sólo es posible por una trampilla. Sospechamos que debían ser trasteros que no se acabaron por falta de presupuesto y que se condenaron". Estos habitáculos están inundados y provocan humedades a las viviendas.

Los vecinos han extendido su demanda al actual alcalde, Xema Muñoz; al anterior, Bernat Coll; al arquitecto municipal; al banco que concedió los créditos para la compra de viviendas, incluso a las compañías de suministro de agua, gas y electricidad tras descubrir que los edificios no cuentan con licencia de final de obras por lo que "no pueden ser habitados", argumenta uno de los demandantes.

Las viviendas se vendieron en torno a los 120.000 euros y las plazas de aparcamiento se vendía a unos 12.500 euros. La promoción consta de varios bloques en los que se concentran un total de 36 viviendas.

Los vecinos aseguran que se sienten "literalmente estafados" y reclaman "una solución digna".

Xema Muñoz, alcalde, explica que no tiene constancia de las denuncias de los vecinos pero que conoce el problema. "En todo caso los vecinos pueden denunciar al IBAVI pero es que resulta que el IBAVI también puede querellarse con el Ayuntamiento". "Estamos negociando con el IBAVI para intentar solventar el problema del aparcamiento, colaborando con ellos, si no resultara muy costoso, indica.

El alcalde reconoce que "se dio una licencia de obras en su día, yo no era alcalde en ese momento ni tenía nada que ver con el asunto, me lo he encontrado ahora e intento ver de darle una solución". Y añade que "ahora no queda más remedio que otorgar el final de obras porque si no nos podrían demandar a nosotros. En su día se dio una licencia de obras que podría ser que no debería haberse concedido con esas medidas"

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