Era y sigue siendo necesario dar con un nuevo enfoque para dotar al observatorio astronómico de Costitx de un objetivo suficiente y regenerador. También liberador.
Con todas las precauciones oportunas, porque en el firmamento siempre pueden aparecer nubarrones imprevistos, ahora parece que se aproxima una buena estrella para el antiguo centro de prestigio escorado en punto de litigio entre sus socios y dependiente ya de un proceso concursal.
Tres inversores extranjeros se han interesado por las instalaciones y enfocan sus intereses hacia el turismo científico vinculado a universidades privadas.
Buena falta hace que en la isla del fin de curso europeo con borrachera incrustada y atasco de coches de alquiler, alguien sea capaz de alzar la mirada y vele por los principios académicos y el estímulo científico, aunque busque rédito económico en ello. El sol de playa, en Mallorca, no tiene porqué ser incompatible con el astro rey de la investigación docente y profesional. Con ello, el observatorio de Costitx también puede dar con la galaxia de la estabilidad y la utilidad antes de que se oxide definitivamente su instrumental.
