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Entrevista

Enrique Garrido Jiménez: "El protagonista malvado de la 'novela' de Magaluf es la codicia"

El libro se ambienta en el mundo turístico, porque "cuando está de vacaciones, a la gente le sale todo lo que lleva dentro, lo bueno y lo malo", asegura Garrido

Enrique Garrido se ha lanzado a la aventura de escribir una novela después de ser un lector empedernido toda la vida.

Garrido, recepcionista de noche en los apartamentos Vistasol de Magaluf, da algunos consejos para los que se dispongan a leer su libro: Playa, paella, polvo, paseo y priva. "Acomódense en su silón favorito, imaginando tumbona y zambúllanse de cabeza en este mediterráneo de libro, con sus estrellas de cine, sus piratas, sus cadáveres en la playa, sus pelotazos, sus drogas de diseño, sus luchas por el poder, sus turistas, sus borrachos... y sus curvas". ¿Les recuerda a alguna localidad mallorquina? Él asegura que, "aunque están basadas en la realidad", todas las micronovelas que contiene "son imaginadas".

-Como recepcionista de noche en un hotel de Magaluf, no habrá tenido que recurrir mucho a la imaginación para coger ideas para sus relatos. Habrá vivido cosas muy surrealistas...

-Claro, claro.

-¿Cuáles?

-Una vez, me vino una señora, preocupada. "¿Ha visto a mi marido?", me preguntó. Le contesté que no. "Es que hace tres días que me dijo que se iba a tomar unas cervezas y no ha aparecido aún". Y yo, "bueno, usted no se preocupe, es que, claro, hay muchos bares en Magaluf", y así. Cuando el tema se pone surrealista, tienes que ponerte tú surrealista también.

-Cuénteme más.

-Llega un chico noruego de 18 años, acompañado de una chica. Y el chica me pregunta que a ver dónde puede comprar preservativos y cómo son los preliminares.

-¿Y qué le dijo usted?

-¡Que lo mirase en internet!

-¿Cuánto hay de verdad y cuánto de imaginación en su libro?

-Aunque está basado en la realidad, todas las historias son imaginadas. Para ambientarlas me inventé una ciudad entre Villajoyosa y Benidorm, llamada Cala Cana. He cogido el mundo turístico, porque a la gente, cuando está de vacaciones, le sale todo lo que lleva dentro, tanto lo bueno como lo malo.

-Dígame ejemplos de esa bondad humana que se ha encontrado entre los turistas.

-Todos los años, hay turistas que me entregan carteras repletas de dinero y tarjetas que se han encontrado perdidas en la calle. Me han traído incluso a personas inconscientes que había por la calle para que llamásemos al 112, ¡y eso que no eran ni clientes del hotel!

-¿Y lo peor? ¿Cuál es el protagonista malvado de la 'novela' de Magaluf?

-La codicia, no sólo al más alto nivel, como puedan ser dueños de hoteles o de clubes. También en la gente de en medio, que a veces es la más codiciosa y se aprovechan de los trabajadores para hacer puntos ante sus jefes. Y la gente de abajo, que quiere aparentar y se mete en varios trabajos a la vez y que viven a base de café o cocaína para tener un móvil nuevo o ropa de marca."Me vino un cliente joven con una chica. ¡Me preguntó que cómo eran los preliminares!"

-¿Tienen cabida en su libro escándalos históricos de Magaluf como el 'mamading' o 'pelotazos urbanísticos' propios de localidades costeras?

-Sí, en la principal historia, 'Elogio de la cigarra'. El protagonista es un chico que, al acabar la universidad, vuelve a su ciudad natal y lo encuentra todo cambiado. Incluso pasa por un barrio que ni conoce. Ni reconoce al paseo marítimo, con tantos negocios nuevos. Sí, se habla mucho de 'pelotazos'.

-Esta historia le sonará a los que conocieron Magaluf en la época de antes del 'boom'. Les cuesta reconocer lo que ven hoy en día.

-Como al protagonista del relato, te encuentras cómo ha cambiado todo. ¡Pero si hasta la mitad de los hoteles de Palmanova y Magaluf han cambiado de nombre en los últimos años!

-...

-La última de las historias del libro trata de cómo cambian las cosas para un señor muy rico. Un señor que tenía hoteles, restaurantes en la década de los setenta y se arruina a causa de las drogas, los problemas familiares.

-¿Una historia real?

-He oído varias historias de caídas como ésta. A partir de ahí construí la historia de este señor que lo tenía todo y ahora es el borracho de Cala Cana, que tiene que vivir de los Servicios Sociales y de la limosna que le dan en la calle.

-Como recepcionista de noche, casi una profesión de riesgo en Magaluf, ¿qué estrategia sigue para arreglárselas con los turistas díscolos?

-Tienes que hacer poli malo y de poli bueno. Y, si te quieren montar fiestas o discuten, hay que acabar llamando a la autoridad.

-¿Cuándo aprovecha para escribir?

-Me levanto a las 16.30, y hasta las 20.30 escribo. A las diez de la noche me voy a trabajar. Yo he sido siempre una persona solitaria, un ratón de biblioteca. Está claro que este horario te limita para salir con amigos. Yo tampoco he sido particularmente juerguista, aunque de vez en cuando sí que voy por Magaluf a tomar algo."Para el libro, me inventé una ciudad a medio camino entre Villajoyosa y Benidorm: Cala Cana"

-¿Y qué ve? ¿Algo que le inspire para un relato?

-Que nadie escapa al embrujo del móvil. Ves a un lado a un grupo de chicos, y al otro lado, otro de chicas. Y todos con el móvil. ¡Supone un obstáculo para la comunicación!

-¿Cuáles son sus referentes literarios?

-He leído mucha literatura humorística. Podría citar a Jardiel Poncela, que tiene una de las mejores novelas del siglo XX: 'La tournée de Dios'. Imagínese a un Dios que un día decide bajar al mundo a ver cómo está todo.

-Siga, siga.

-También está Mihura y Eduardo Mendoza. Y Wenceslao Fernández Flores. Y el creador del detective Plinio: Francisco García Pavón.

-...

-De hecho hay en mi libro una historia de dos mujeres , que son muy amigas y que leen novela negra y se acaban enfrentando a un caso real. Yo no quería que fueran un Sherlock y un Watson. Quería dos Sherlocks.

-¿Qué autor cree usted que podría hacer una buena novela sobre Magaluf, una que fuera un 'best seller'?

-Un escritor humorístico, como Eduardo Mendoza. Ya en 'Sin noticias de Gurb' retrataba la Barcelona turística del 92. También Juan Goytisolo, quien, cuando se pone en modo satírico, es muy bueno.

-¿Usted considera que la 'novela' de Magaluf que se lleva escribiendo desde hace años tendrá un final feliz? Al menos, así lo creen los políticos y los hoteleros,que no se cansan de destacar que la reconversión del destino empieza a ser un hecho.

-¡Yo lo noto también! Cada vez, viene gente mejor. Y los turistas me cuentan menos historias de violencia, de peleas de pub, botellas rotas... Aunque también hay que decir que siguen las borracheras, las sobredosis y las prostitutas.

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