No se sabe exactamente su número, aunque se sospecha que no se trata de una población muy numerosa, pero lo cierto es que se ha detectado una pequeña población de ciervos asilvestrada en la zona del Migjorn de Mallorca.

Fuentes próximas sostienen que el número ronda la decena y que se trate probablemente de animales huidos de alguna finca, que han conseguido reproducirse en libertad.

En este caso, a diferencia de los dos animales hallados muertos en Inca que eran gamos (Dama dama), se trata de ciervos (Cervus elaphus).

Los cazadores de la zona están enterados de la existencia de esta población de animales no autóctonos, introducidos artificialmente y, supuestamente, de forma involuntaria. Tienen autorización para abatirlos pero solo en época de caza. Sin embargo, no es una solución eficaz para controlarlos ya que los cazadores isleños utilizan escopetas de cartuchos para la caza menor. Una escopeta de cartuchos puede hacer muy poco daño a este tipo de animales, con la estatura de un pequeño asno. "Todo lo más que podemos hacerles es dejarlos tuertos o ciegos, o romperles una pata si les disparamos desde muy corta distancia - explicó ayer a este diario un aficionado a la caza menor-. Estos animales se cazan con rifle y con balas".

Por el momento sólo hay conjeturas sobre su origen y se baraja la posibilidad de que se fugara un pequeño número de animales de alguna finca que los posea legalmente o que procedan de alguna otra finca donde se haya dejado de gestionar la población que tuviera.

Se trata de animales muy esquivos y que saben ocultarse para evitar a los depredadores, por lo que por el momento no se ha podido cuantificar con exactitud cuántos son. Sin embargo, las evidencia de su presencia es que este año se han producido dos accidentes de tráfico en la zona con dos ciervos implicados en los mismos. Estos atropellos se han producido en la carretera que une Llucmajor con CamposPosesión legal

La posesión de cérvidos es legal en Mallorca, pero no pueden tenerse en libertad. Se debe solicitar una declaración de núcleo zoológico y conservarlos en unas instalaciones adecuadas. La razón de estas medidas es que se trata de fauna no autóctona, aunque sean muy comunes en la península ibérica, cuya libertad podría ser muy perjudicial para el bosque y para la agricultura.