Vicente Lumbrars Ruiz, propietario de una conocida hamburguesería de Palma y residente en Pòrtol, ha transformado su domicilio convirtiéndolo en un original museo relacionado con la restauración. Desde hace unos treinta y cinco años se dedica a coleccionar botellines de propaganda, sifones de cristal, botellas de whisky y tiradores de cerveza que en el pasado han prestado servicio en algún bar

La colección de escanciadores de cerveza esta formada por 83 piezas. Entre ellas se encuentran algunas que no se han utilizado nunca en Mallorca, como los grifos irlandeses o británicos, cuya característica diferenciadora es que no usan gas. Entre los de cerámica hay distintas marcas como Heineken o Damm, entre otras

Uno de ellos, metálico, se adorna con un caballero y pertenece a la casa Kaliber. De este modelo, según comenta Vicente, únicamente se instalaron dos en Mallorca; el tercero es el suyo.

En otra habitación de su vivienda se pueden contemplar un centenar de sifones, todos ellos de cristal y de distintas marcas mallorquinas. La mayoría de ellas han desaparecido, como la popular Miret, que tenía su fábrica en la calle Uetam esquina con Aragón y posteriormente se trasladó al polígono de Son Castelló.

Whisky

La visita a la casa no deja de sorprender, ya que prácticamente cada habitación es un museo. Justo frente a los tiradores de cerveza tiene un estantería llena de botellas de whisky, todas ellas sin abrir, como una Ballantines de 30 años, otra de 17 años, y reservas de 12 y 20. Calcula que tiene unas quinientas unidades.

En la misma habitación hay más de un centenar de botellas de refrescos de todo tipo y tamaño, incluso algunas promociones que no se han puesto a la venta. Entre las botellas de cerveza, llama poderosamente la atención una de la marca Pripps, una cerveza sueca que se embotelló en Mallorca a finales de los años 60 y cuya explotación duro apenas unos años. Muchos mallorquines, creían que era cerveza mallorquina, pero Vicente explica que era sueca y se embotellaba en las dependencias de Rosa Blanca.

En esta colección de objetos de restauración no podía faltar un bidón de cerámica de ron inglés, que se utilizó para el transporte en barco, así como otro de jerez español.

Cuando el visitante cree haber visto todo lo relacionado con la restauración, Vicente sorprende con una nueva habitación en la que hay más de un centenar de pequeños botellines de distintos tipos de alcohol que eran muestras y promociones, al igual que vinos de coleccionista, con etiquetas de Aznar o Juan Carlos I, entre otras. En esta misma sala tiene estanterías cerradas de cristal y en su interior hay coches en miniatura de propaganda de distintas marcas, pero su afición no se ha limitado a botellas, sino que también tiene placas metálicas, espejos en los cuales se recoge la marca o figuras de artistas con las que se adornaban muchos bares.