La vigésimo séptima edición del mercado medieval de Capdepera cerró ayer sus puertas con uno de los resultados más altos de participación, a pesar de que tras el primer día parecía que sería una edición poco participativa. La mañana del sábado todo parecía indicar que las cosas seguirían igual, aunque por la tarde el índice de visitas fue incrementando a medida que pasaban las horas.

La noche del sábado y la mañana del domingo resultaron de las más concurridas, hasta el punto de que muchos de los puestos de venta de comida y bebida agotaron las existencias. Algunos de ellos llegaron a consumir hasta cerca de mil litros de cerveza. Algunos tuvieron que optar por abrir las puertas sirviendo platos de comida improvisados, como raciones de paella elaborada al estilo showcooking.

Aunque las ventas del resto de los puestos no superaran los índices de lo habitual. Todo parecía indicar que la reducción de puestos de venta en el mercado del medievo de Capdepera llevaría a una edición poco participativa, pero el resultado final fue todo lo contrario, resultando muy concurrida con unas actuaciones que han hecho las delicias de los muchos visitantes.

Aunque la edición no se libró de las quejas por falta de rigurosidad conceptual, si bien la mayoría de los puestos de bebida servían sus consumiciones con vasos de barro, algunos, los menos, los servían con vasos de plástico, por cuestiones de higiene. Por este motivo, la organización podría, en la próxima edición, optar por la vajilla de cartón de un solo uso y evitar mayores problemas.