La implantación de una caldera de biomasa en el refugio de Son Amer está más cerca de hacerse realidad. Durante las últimas semanas se han llevado a cabo una serie de pruebas de funcionamiento con unos resultados muy positivos, según explica una fuente oficial del Consell de mallorca.

La caldera de biomasa es una alternativa al uso de combustibles convencionales y se utilizará para mejorar el suministro de agua caliente y calefacción al refugio. Esta mejora supondrá un ahorro económico considerable, puesto que se dejará de consumir gas propano.

Además, se podrán utilizar los restos vegetales procedentes de los tratamiento silvícolas de las masas forestales tanto de la finca de Son Amer cómo de la de Son Macip, también propiedad del Consell de Mallorca.

La consellera de Medio ambiente, Sandra Espeja, ha destacado "la importancia de aprovechar todos los recursos propios para cambiar los parámetros actuales e ir hacia una economía circular. Es el caso de utilizar los restos vegetales para nutrir con agua caliente y calefacción a los refugios".

El uso de biomasa forestal presenta muchas de ventajas: elimina combustible vegetal y disminuye el peligro de incendios forestales y de plagas forestales, y no emite productos contaminantes, entre otros.

La caldera instalada al refugio de Son Amer tiene una potencia de 150 kW y el presupuesto del contrato asciende a 71.269 euros. Las obras de instalación se han prolongado durante dos meses, Tras el periodo de pruebas que puede durar todavía unos días, las obras quedarán recepcionadas y la caldera de biomasa estará en pleno uso para cubrir las necesidades de energía.

El objetivo de Medio ambiente es que esta primera caldera de biomasa en Son Amer sólo sea un primer paso y que se puedan ir instalando en todos los refugios de la red del Consell para hacerlos más sostenibles.

Precedentes

La utilización de astillas procedentes de talas y limpiezas es un proceso que lentamente se va implantando y que abarata mucho los costes de combustible.

Mallorca ha sido además pionera en explotar este recurso propio y una empresa local, Bajoket SL, ha estado exportando astillas procedentes de los excedentes de madera para utilizarlas como combustible en plantas de generación de electricidad. Italia las ha adquirido durante unos años hasta que a principios de este dejó de hacerlo.

Josep Oliver, empresario maderero sostiene que "se debe a que el gobierno italiano ha dejado de subvencionar la importación de madera para dichas centrales. Italia tenía una carestía de leña para combustible y le salía más barato comprar nuestro triturado que consumir su propia madera. Sin embargo, la situación allí se ha normalizado y aquí tendremos que buscar una salida a todo este subproducto de nuestra actividad".

En total, y durante todo el año pasado, se llegaron a fletar cuatro barcos con destino a Italia. Oliver tenía contratado un quinto envío que tuvo que ser anulado debido a que la central destinataria lo ha rescindido. La utilización en la propia isla abre de nuevo espectativas para este producto.