El alcalde de Fornalutx ha anunciado hoy que este año no se celebrará el correbou que desde los años sesenta organiza el Ayuntamiento y al que se atribuye una antigüedad centenaria.

Antoni Aguiló ha explicado que el Govern ha exigido al municipio que demuestre documentalmente que el festejo se viene celebrando de forma ininterrumpida desde hace más de un siglo. Sin embargo, el consistorio no puede probar documentalmente esta antigüedad, que hasta ahora se había dado por buena.

La reclamación de nuevas pruebas por parte del Govern responde a las demandas judiciales y reclamaciones administrativas que contra el acto han presentado varias asociaciones animalistas. La ley de Protección de los Animales, aprobada por el Parlament en 1992, solo permitía mantener los festejos en los que había animales si tenían un siglo de existencia y no se habían producido interrupciones. El correbou fornalutxer fue el único que pasó el corte.

Con esta exigencia legal decayeron celebraciones como la Festa del Bou de Alaró. Otras, como la de los patos de Can Picafort, tuvieron que adaptarse y sustituir los animales vivos por los de plástico.

El alcalde asegura que el correbou fornalutxer solo podrá mantenerse si se aprueba la ley pactada por los grupos de izquierda y que fue presentada la semana pasada. La nueva norma, que se tramitará en el Parlament, establece que puede mantenerse la convocatoria de este municipio siempre que el animal no acabe en el matadero y no sufra maltato. Sin embargo, Aguiló considera improbable que la norma legal esté aprobada antes de septiembre, fecha de la fiesta.