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Temprano inicio en las drogas

Los datos son de Artà pero sin duda alguna, con todos los matices y particularidades que sean necesarias, son extrapolables a cualquier otro lugar de Mallorca. Que el ayuntamiento de este municipio disponga de un plan de Actuaciones sobre consumo de drogas, dentro de un concepto integral más amplio de salud comunitaria, es una iniciativa loable que acredita cierta previsión y capacidad de chequeo municipal sobre la realidad colectiva y, sobre todo, sus aspectos más cojos.

Con estas actuaciones, concretadas en talleres de prevención de adicciones y riesgos sanitarios en los que han participado 345 menores de entre 12 y 16 años de los centros escolares de Artà, se ha podido conocer que éstos se inician en el alcohol y tabaco con una media de edad de 13,5 años y seis meses después, a los 14, en el cannabis. Si hay problemas inmediatos -a largo plazo siempre los habrá de persiste el hábito- el auxilio preferido es el de los profesores con un 28,2%, después el médico y en último extremo y a mucha distancia, con un 9,9%, los padres.

Nada hace pensar que Artà sea una excepción o que adolezca de males particulares. El Ayuntamiento expresa su preocupación ante los dato que ha recogido en los colegios pero, junto a él, pueden hacerlo otras instituciones, los padres, los propios adolescentes si llegan a adquirir conciencia del barrizal en el que se introducen y, en definitiva, la sociedad en general, porque el inicio, cada vez más temprano, en las adicciones como el alcohol y otras drogas, es ya una plaga convertida en miseria colectiva que no se resolverá en dos días y comportará cuantiosos costes, no solo económicos, sino más caros y difíciles de recuperar en términos de deterioro humano.

La situación es tal que iniciativas como la del ayuntamiento de Artà son a la vez insuficientes y necesarias. A la vista del crudo diagnóstico realizado, será imprescindible incidir con mayor empeño en la toma de conciencia del problema, en la labor preventiva y en atajar la adicción de raíz en el momento en que se produce o se detecta. Queda claro que las drogas no son un juego, ni siquiera un mero divertimento de adolescentes despreocupados en una sociedad consumista amiga de lo inmediato y poco previsora respecto a secuelas de futuro.

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