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Fira de Maig de Felanitx

La estación de Felanitx vuelve a ser enológica

La Denominación de Origen Pla i Llevant y Vins de la Terra estrenan mañana sede en espacio que impulsó la viña local

El concejal Duarte ayer durante la presentación del programa. s.s.v.

El vino vuelve a casa y con él una parte muy importante de la historia identitaria de Felanitx, un municipio tan contundente en calidad de nuevos caldos, como huérfano (perdido Es Sindicat a inicios de los noventa) de un lugar físico donde volver a sentirlos como propios. Mañana la Denominación de Origen Pla i Llevant y Vins de la Terra estrenan sede en la antigua estación enológica, en la casa de Arnest Mestre, el ingeniero que una vez hizo de Felanitx el centro del vino mallorquín.

"Es uno de nuestros dos fundamentos esenciales junto a la cultura y las tradiciones artísticas, así que estamos contentísimos de recuperar en cierta manera los orígenes de Felanitx", explica Xisco Duarte, concejal local de Cultura, quien señala que el Ayuntamiento cede el local a ambos colectivos por un plazo mínimo de quince años, prorrogables, "y con la visión de poder complementarlo también con un posible sede u oficina del aceite de Mallorca, ya que tenemos aquí la finca de Son Mesquidassa".

Durante la década de los años 80 del siglo XIX, Felanitx exportaba vino de poca calidad, sobre todo a España y en Francia. Desde el puerto de Portocolom embarcaban más litros que desde todos los demás puertos de Mallorca juntos. En 1886 la reina regente dio el título de Ciudad a Felanitx; la tercera después de Palma y Alcúdia. Años de euforia que pararon en seco cuando en el año 1892 llegó la filoxera. La llegada de la plaga, que se detectó en Porreres, afectó la economía del pueblo y dejó tocada su idiosincrasia en apenas dos años.

Vista panorámica de la estación enológica de Felanitx al poco tiempo de ser construida. FORTEZA

Arnest Mestre Artigas, o s'Enginyer como le conocía todo el pueblo, llegó siguiendo los pasos de su hermano Cristòfor, que en 1907 había accedido a la plaza de director de la estación enológica de Vilafranca del Penedès, donde puso en práctica sus altos conocimientos e inició la renovación y modernización de los procesos vinícolas . Durante ese periodo el mayor de los Mestre fue el artífice de las bodegas de Jumilla, Cariñena, Almendralejo... y Felanitx.

El 8 de diciembre de 1912 el nuevo alcalde felanitxer, Guillem Puig, ponía la primera piedra de la futura estación enológica. Las obras se hicieron con tal celeridad que acabaron ya en 1913. Llegados a ese punto, era imprescindible poner al frente una persona preparada. Y quien mejor que Arnest.

El despegue

El impulso de su gestión fue fulgurante. La economía mejoró y se crearon de puestos de trabajo, directos e indirectos. Comprobada la mejora cualitativa de los vinos, muy especialmente del rosado de mesa conocido popularmente como claret, activó las ventas e impulsó las exportaciones

Con las previsiones desbordadas, se hizo imprescindible la creación de una gran bodega como centro de producción y almacén. Así en 1919 se puso en marcha la Bodega Cooperativa, pronto, conocida popularmente como Es Sindicat. Construida los pies de la Mola, fue diseñada conjuntamente por Mestre y el joven arquitecto Guillem Forteza, discípulo y admirador de Gaudí, que dotó a las edificaciones de una particular imagen modernista.

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