Los accesos a cala s'Almonia y es Caló des Moro quedarán cerrados a partir del próximo lunes 1 de mayo a todos los vehículos particulares que no pertenezcan a residentes del municipio de Santanyí, una decisión adoptada por el ayuntamiento del municipio del Migjorn para frenar la grave saturación turística que padecen estas dos populares calas de Santanyí y que tendrá continuidad este mismo verano con la implantación por parte del Consorci de Transports de Mallorca (CTM) de un sistema de autobuses lanzadera que conectarán el polígono de Santanyí con las citadas playas.

De hecho, la de cala s'Almonia será la tercera experiencia de limitación de accesos a zonas naturales con vehículos privados que estarán en marcha en Mallorca durante la presente temporada, después de los casos de ses Covetes-es Trenc, inaugurado el pasado año 2016, y Cala Varques, que también estrenará este verano el sistema de transporte público mediante buses lanzadera.

Además, tal y como ha venido informando este diario, el Consell está evaluando la posibilidad de aplicar el mismo sistema a partir del próximo año en otros espacios turísticos de gran interés medioambiental como Formentor, sa Calobra y el puerto de Valldemossa, núcleos en los que la institución insular realiza actualmente estudios del impacto provocado por los vehículos como paso previo a la adopción de medidas restrictivas más adecuadas en función del tráfico rodado que soportan cada uno de estos núcleos turísticos.

No serán los únicos casos. La conselleria de Territorio, Energía y Movilidad está negociando la adopción de medidas similares con otros ayuntamientos de la isla y con el propio Consell, la mayoría de las cuales se plasmarán en la próxima temporada de 2018. En total, el director general de Movilidad y Transportes, Jaume Mateu, habla de "entre ocho y diez casos" de zonas sensibles cuyo acceso solo será posible mediante el uso de transporte público en determinados horarios del día. El caso en el que las negociaciones están más avanzadas es el que afecta al municipio de Santanyí.

Los proyectos implicarán en la mayoría de los casos actuaciones de mejora, ampliación o construcción de nuevas estaciones de buses desde donde se canalizarán los vehículos lanzadera.

Se trata de planes bianuales que serán financiados con los fondos del impuesto turístico y que tienen el doble objetivo de proteger las zonas más sensibles desde el punto de vista medioambiental y potenciar el uso del transporte público.

Según explica Jaume Mateu, durante el presente año se realizarán las obras necesarias en las terminales de buses para que el sistema de vehículos lanzadera pueda activarse en 2018 en las zonas en las que no se realizará este año por falta de tiempo y de recursos.

El caso de Santanyí

La drástica decisión de cerrar los accesos de tráfico a cala s'Almonia y es Caló des Moro a los no residentes es la consecuencia de una situación límite que tocó fondo el verano pasado, cuando el ayuntamiento de Santanyí tuvo que imponer hasta 1.200 sanci0nes de tráfico a vehículos que aparcaban en sitios no autorizados, incluso invadiendo propiedades privadas, según explicó ayer el alcalde Llorenç Galmés (PP).

El objetivo del Ayuntamiento, según el regidor, es triple: garantizar el acceso de vehículos de emergencias en caso de necesidad, facilitar la entrada de los residentes a sus domicilios y aplicar criterios medioambientales.

A partir del próximo lunes, cuando se destapará la señalética instalada en los diferentes accesos a las citadas calas, los residentes deberán exhibir una tarjeta identificativa expedida por el Ayuntamiento. Los turistas solo podrán llegar mediante el transporte público desde la terminal que se habilitará en el polígono de Santanyí, que "está muy poco desarrollado y hay espacio suficiente para aparcar los coches". La Policía Local extremará los controles a partir de la entrada en vigor de las restricciones de paso.

Por otra parte, el Consistorio ha solicitado al Govern un aumento de frecuencias para conectar los núcleos de Cala d'Or, Portopetro y el parque natural de Mondragó y la unión de la playa de s'Amarador, incluida en el ámbito del parque, con la localidad de Santanyí. "De esta forma, tendremos dos nuevas rutas circulares que mejorarán las conexiones con el parque de Mondragó, donde los aparcamientos no son suficientes", explica Galmés.