Cuatro familias mallorquinas tardarán mucho en olvidar el fiasco en que se convirtieron sus vacaciones de la pasada Semana Santa. Habían planeado pasar dos días en una casa alquilada en Llucmajor. Eran siete adultos y seis niños. Tras efectuar un ingreso de 606 euros a los presuntos propietarios de la vivienda, se presentaron el día convenido y se encontraron con la casa cerrada, con aspecto de estar abandonada y con unos dueños desaparecidos, que no contestaban el teléfono ni los mails. Enseguida se dieron cuenta de que habían sido víctimas de una estafa.

"Nos sabe mal sobre todo por la ilusión que tenían los niños. Desde unos cuantos días antes, se levantaban por la mañana y lo primero que hacían era preguntarnos que a ver cuándo íbamos a ir de vacaciones a la casa con piscina", relata una de las afectadas, que señalan que, el mismo día, denunciaron los hechos en el cuartel de la Guardia Civil de Llucmajor.

Explica que encontraron la casa en la página web de Fotocasa. Fue la que más les gustó. Querían salir unos días de Palma y pensaron que ésta sería la mejor opción: una amplia casa que se publicitaba con siete habitaciones y piscina, situada en Son Verí Nou, no muy lejos de Palma.

Del 13 al 15 de abril

Entonces, se pusieron en contacto con los supuestos dueños de la vivienda. Primero, a través de whatsapps intercambiados con una mujer que respondía al nombre de Elisa, quedaron en abonar 606 euros por pasar dos días en la vivienda, entre el 13 y el 15 de abril.

Desde el principio, hubo problemas a la hora de efectuar la transferencia. Hasta en dos ocasiones, intentaron hacer el ingreso y dos bancos diferentes (uno alemán y otro español) lo devolvieron.

"Ella, la supuesta Elisa, me reñía por WhatsApp. Me decía que yo no había puesto bien el concepto, que la transferencia no estaba bien hecha", recuerda una de las afectadas.

El día antes de su entrada en la casa, sin haber hecho aún efectivo el ingreso, les llamó un hombre con el que nunca habían hablado. Ellos supusieron que era la pareja de Elisa. Su nombre, Pedro.

En varias conversaciones telefónicas, Pedro les pidió que hicieran un ingreso en otro banco. Las familias afectadas recuerdan que tenía mucha prisa para que se efectuara la transferencia antes de que comenzasen la estancia.

"Yo no entendía por qué. Yo pensaba que el dinero se lo podíamos entregar en mano cuando nos viéramos en la casa. De todas formas, hice el ingreso desde un cajero", detalla la persona que se encargó de la reserva de la vivienda.Desaparecidos del mapa

El jueves 13 de abril, a las 10 de la mañana, se personaron delante de la casa que supuestamente tenían alquilada para pasar dos días de vacaciones. No había nadie esperándoles. Tocaron al timbre, y nada. Dieron un tiempo de espera de cortesía, pero seguía sin venir nadie.

Cuentan que llamaron a Pedro y a Elisa. Sin éxito. Habían desaparecido del mapa.

"Desde el principio, ya vimos que había algo raro. La casa estaba cerrada. La piscina, vacía", relatan.

Hablaron entonces con vecinos de la zona, que les corroboraron que esa casa no estaba en alquiler. "Los vecinos nos dijeron que la vivienda era de unos alemanes con mucho dinero, así que no estaban en la necesidad de ponerla en alquiler ni mucho menos", explican las familias afectadas.

"Sientes una desprotección total. A la que uno se descuida un poco, mira lo que pasa", se lamentan.

Y lo peor del caso, subrayan, es que la casa sigue ofertándose en internet para alquiler vacacional. Eso sí, los número telefónicos de contacto de los supuestos propietarios han cambiado.