La advertencia de aplicar severas medidas de seguridad conllevaron un leve descenso de visitantes durante la tarde de ayer en el pancaritat de Muropancaritat.

Desde hace unos años, la tradicional romería a Sant Vicenç derivaba por la tarde en un macrobotellón en la zona próxima a Santa Catalina Tomàs, ya dentro del casco urbano. Las peñas de jóvenes que retornaban de la fiesta, unidas a otros llegados de fuera habían adquirido la costumbre de hacer un fin de fiesta en el pueblo. La situación había degenerado en los últimos años y a las seis de la tarde ya se contabilizaban varios comas etílicos.

Para la jornada de ayer se habían multiplicado severas advertencias por parte de la Policía Local. Se recordó que las ordenanzas municipales prohíben el botellón y desde el área policial se recordó que se aplicarían severas sanciones si se incumplían.

Traslado

Las medidas de seguridad se notaron ayer en ciertos sectores del pueblo. Pese a ello, no pudieron frenar en seco la iniciativa ciudadana. Los murers pusieron su granito de arena: jóvenes entrando en bares, para beber, después de habérseles llamado la atención.

La zona de Santa Catalina Tomás estuvo más controlada, pero eso provocó que el botellón se trasladase hacia otras calles del pueblo. Como es evidente, muchos vecinos se quejaron posteriormente de suciedad en estas vías debido a la diáspora de los jóvenes que sí o sí celebraron su fin de fiesta alcohólico.

Lo que más destacable es que, al menos antes de las siete de la tarde, no se registraron comas etílicos, contrariamente a lo ocurrido otros años.

Inicio

El pancaritat de la ermita de Sant Vicenç trascurrió con normalidad. Los participantes recorrieron los aproximadamente seis kilómetros que separan el lugar del casco urbano para asistir a una serie de actos tradicionales. El más importante de ellos es la misa que se celebró a medio día.

En la explanada de la ermita tuvo lugar la ballada popular de cada año, con participación de muchos vecinos. También el grupo infantil local Cucorba actuó para deleitar a los más pequeños.

Los romeros usaron, curiosamente, este año paraguas para guarecerse del sol.

Otra de las curiosidades de ayer fue la venta de más de 400 camisetas de la asociación de jóvenes.