El Museo del Fang de Marratxí, situado en Es Molí de sa Cabaneta, ha recibo un millar de alumnos durante este curso escolar. A partir de la próxima semana aumentará su horario de atención al público. Los interesados podrán ahora efectuar la visita de 9 a 14 horas cada martes y miércoles, según comunica Antoni Vich, responsable y guía del mismo.

El museo es uno de los grandes desconocidos de mucha gente, tanto del municipio como de fuera. Y aún a pesar de que se supiera de su existencia hasta la fecha no recibía muchas visitas.

Está situado en los bajos de un molino y recoge la historia de la cerámica, tanto del propio municipio como de otros lugres de Mallorca.

Una de las piezas que se pueden observar es un torno de pie, totalmente de madera, donado por la Gerreria Can Riera, de Palma. Esta herramienta tiene una antigüedad de mas de cien años. El funcionamiento era el tradicional: el alfarero debía utilizar sus pies para hacer girar la rueda que movía el eje y la plataforma superior, donde se colocaba el barro para el moldeado de la pieza. Actualmente los tornos funcionan con un motor eléctrico.

En cuanto a las piezas de barro, se pueden ver algunas que en su día se utilizaron en medios rurales o en el mar, como los botijos de pescador o de labrador, entre otros; así como distintos tipos de bebederos y comederos que eran utilizados en el campo para alimentar a las aves de corral. Hoy en día se continuan moldeando estas piezas, mas como adornos que como instrumentos prácticos.

La alfarería, no unicamente elaboraba piezas útiles, también realizaba piezas de decoración, como las famosas gerres brodades, que tiene su origen en Felanitx, y que los responsables de Can Bernadí Nou de sa Cabaneta comenzaron a elaborar posteriormente en Marratxí. Esta es la última factoría donde se tiene constancia hasta la fecha de su producción. Actualmente han dejado de realizarse.

'Siurells'

La colección de siurells, es enorme. hay muestras de todos los tamaños y formas, Antoni Vich, informa que esta pieza es de origen cretense y que seguramente llego a Mallorca, en el año 1.000 A.C, con los fenicios. Comenta que se han encontrado piezas similares en Azerbaidjan.

No faltan piezas de cocina, como los platos morenos, también conocidos como de Inca, ya que eran en las alfarerías de la capital del Raiguer, donde se confeccionaban.

Una de las piezas que data del año 1900 está confeccionada en Cuba por un alfarero de Pòrtol que emigró a la isla caribeña a finales de siglo XIX.

De Pòrtol se pueden ver sus olles y greixoneres; las expuestas datan de los años 1910 a 1920.

Horno de pan

Una de las piezas que se hizo muy popular en la postguerra es un horno de barro, que fue muy utilizado por la gente que no disponía de este elemento en sus domicilios, para poder hacer el pan. El funcionamiento era muy sencillo, se colocaba la base del horno que tenia una agujeros para la entrada del calor, sobre el fuego del hogar. Una vez amasado el pan, se colocaba sobre unas varillas que estaban incorporadas en el horno, y luego se cubría con su correspondiente tapadera; así se cocía el pan.

Una de las pequeñas salas acoge el aula audiovisual, en la cual se puede ver una reproducción de un horno tradicional de los alfareros construido para la edición de la Fira de Fang de 2013 por Antonio Vich, que fue el ganador del premio Benet Mas. En la misma sala se puede observar un video informativo de una duración aproximada de diez minutos.

En otra sala está la reproducción de una tipica cocina mallorquina, con los utensilios de barro que se utilizaban.

El museo es reducido pero con unas piezas que nos trasladan a otras épocas y que muchas de ellas continuan siendo necesarias en la mayoría de viviendas.