El polémico edificio inacabado de la tercera edad de Ariany será cedido al Ayuntamiento para que este pueda terminar definitivamente la obra y se convierta en edificio de uso también municipal. Así lo acordaron este domingo el centenar de miembros de la agrupación, quienes mayoritariamente optaron porque sea el consistorio quien, a través de ayudas del Plan de Obras y Servicios del Consell, ponga fin a décadas de retrasos y parones.

Las otras dos opciones que estaban sobre la mesa eran, o intentar acceder ellos mismos a una subvención administrativa, o ceder su gestión al Govern o al Consell de Mallorca, lo que ha quedado finalmente descartado.

En la asamblea general, en la que también estuvieron presentes el director insular Jaume Alzamora y el alcalde de Ariany, Joan Ribot (El Pi), se pudo constatar la confianza depositada en el Ayuntamiento, quien obtuvo 93 de los votos, por otros seis en blanco y ninguno para las otras dos alternativas.

"La única condición que pone el Ayuntamiento es que si colaboramos todos, el edificio no podrá ser exclusivamente de la tercera edad, sino que también deberá estar abierto para cualquier asociación o colectivo del pueblo", en lo que la tercera edad arianyera está totalmente de acuerdo.

Según los cálculos municipales, terminar el edificio costará alrededor de los 400.000 euros, "de un presupuesto de 700.000". Aunque la corporación no pagaría el cien por cien, ya que el proyecto iría incluido en las peticiones locales para el próximo Plan de Obras y Servicios del Consell de 2018. Ahora deberá empezar a redactarse una resolución para la cesión del inmueble.

La asociación de la tercera edad decidió construir hace más de una década su propia sede social, ya que, aunque contaba con la cesión del local parroquial, éste no era de su propiedad. Compró un solar vacío en el centro del pueblo y gracias a varias subvenciones y a la ayuda económica de sus afiliados, se puso en marcha el proyecto.

Tras un año de construcción y como consecuencia de los recortes presupuestarios del Govern a causa de la crisis, la asociación dejó de recibir las subvenciones y no contó con recursos suficientes para continuar con las obras. El local, que en aquel momento tan solo contaba con la estructura, quedó abandonado y se ha ido convirtiendo en un lastre.