El departamento que se encarga de la conservación de la Autopista de Palma a sa Pobla ha iniciado estudios sobre el problema que presenta la cuenca hidrográfica de Inca, interrumpida por el paso de la autovía. Las lluvias acaecidas a finales de enero pusieron de manifiesto el grave problema de inundaciones en este lugar. Se trata de los parajes rurales conocidos como el camino de Son Bennàssar y el Rasquell.
Mercedes Garrido, consellera de Territorio e Infraestructuras del Consell de Mallorca, señala que "se está analizando qué soluciones se pueden dar a la circunstancia de que la autopista actúe como una presa". La responsable insular explica que "es cierto que se habilitaron dos pasos subterráneos y otros dispositivos en previsión de posibles inundaciones, pero no han dado resultado".
Garrido explica que "cuando se construyó la infraestructura se previeron dos pasos subterráneos y también pozos de infiltración. No obstante los responsables del mantenimiento del eje viario han informado de que estos pozos son insuficientes porque se saturan rápidamente. Esa zona es altamente inundable y el nivel freático está muy alto".
Como puso explicó Diario de Mallorca, las lluvias de enero provocaron inundaciones de fincas y los caminos de la zona se convirtieron en auténticos torrentes que canalizaron la evacuación del agua.
No obstante, Garrido sostiene que "aun asumiendo que la autopista ha supuesto un muro es preciso indicar que nos encontramos ante una actuación muchas veces irresponsable por parte de propietarios de fincas, pues vemos como se han cegado acequias o se han construido paredes que no permiten el desaguado de muchas parcelas".
Cabe señalar que se apreciaba perfectamente varios días después de las tormentas cómo las fincas desaguaban por sus barreras y los caminos canalizaban el agua hacia los tramos de los torrentes de s'Ermita y de sa Canaleta, que no han sido anulados.
