El efecto de la ´balearización´ y sus derivados ha sido tan devastador que ni siquiera ha tenido miramientos con los paisajes más delicados, los santuarios religiosos o los referentes culturales. Consolació de Santanyí y sobre todo Monti-sion de Porreres son dos claros exponentes de ello. Un pueblo que se deja perforar creencias y patrimonio se queda sin cimientos. Por eso Mallorca se tambalea sin rumbo de forma constante. La Comissió de Medi Ambient de les Illes Balears reduce (en base también a Minas) en un tercio los planes de vida de la cantera de Son Amat, junto a Monti-sion. Aún así, le quedan por lo menos 60 años de actividad en pleno ANEI. El salvoconducto para extraer tierra es un plan de restauración presupuestado en 1,6 millones. La reparación no devolverá el original. Al mirar a Monti-sion se seguirá viendo la impactante cantera. No su claustro, la memoria de la singular escuela de gramática o la iglesia.
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