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Medio Ambiente

Cinco municipios del Raiguer implantan la bolsa roja para potenciar el reciclaje

La medida entrará en vigor el próximo 20 de abril - El objetivo es reducir en lo posible el volumen de residuos de rechazo

La mayoría de localidades del Raiguer apuestan por el sistema

Cinco municipios integrados en la Mancomunitat del Raiguer estrenarán el 20 de abril la implantación de bolsas rojas para depositar los residuos no reciclables, un sistema ya puesto en práctica con notable éxito en algunos municipios de Mallorca como Binissalem, Esporles o Porreres que tiene el objetivo de potenciar el reciclaje y, en consecuencia, reducir cada vez más la generación de residuos de rechazo cuyo destino es la incineración. Además, a largo plazo la reducción del volumen de basura no reciclables se traducirá en una disminución del coste de las facturas que pagan los municipios por la incineración, que a su vez podrán bajar las tasas que cobran a los residentes en concepto de eliminación de residuos.

Los municipios que implantarán el próximo mes el sistema de bolsas rojas son Alaró, Campanet, Búger, Mancor de la Vall y Santa Maria. Todos ellos han puesto en marcha procesos de información para que los residentes empiecen a concienciarse de la necesidad de potenciar el reciclaje.

Binissalem, el primero

El municipio pionero en la implantación de este sistema en el Raiguer fue el de Binissalem, que lo puso en marcha en 2012 con buenos resultados. Los dos municipios más poblados de la comarca, Inca y Marratxí, no asumirán por ahora las bolsas rojas porque, a diferencia del resto de pueblos de la Mancomunitat, tienen sus propios concesionarios de recogida de residuos, aunque no descartan aplicar el sistema, al menos en el caso de Inca, que ha aprobado recientemente un plan de residuos que contempla el puerta a puerta en determinados sectores de la ciudad.

Por su parte, las localidades de Selva, Consell y Lloseta han preferido no aplicar el sistema, aunque no renuncian a ponerlo en práctica más adelante. Como primer paso, han reducido de dos días semanales a uno solo la recogida puerta a puerta de residuos en masa como primera medida para fomentar el reciclaje.

El sistema se basa en la premisa de quien menos recicla, más paga, ya que los respectivos ayuntamientos facilitarán a cada abonado de forma gratuita veinte bolsas rojas de diez litros con cada factura anual, una cifra que según los expertos es suficiente para doce meses.

La dinámica es simple: a más reciclaje, menos necesidad de llenar las bolsas de rechazo. Si, por contra, los usuarios llenan las bolsas de forma inapropiada, con residuos reciclables, más rápido agotarán las veinte bolsas gratis, por lo que deberán comprar más para llegar a final de año. Cada una se vende a un precio de 0,75 euros. Los camiones de recogida selectiva que cada jueves, en el caso del Raiguer, se llevan los residuos de rechazo solo recogerán las bolsas rojas oficiales, por lo que estas serán la única solución para deshacerse de la basura no reciclable. Se calcula que aproximadamente el veinte por ciento de los residuos que se generan no son reciclables. La implantación de la bolsa roja se produce diez años después de la entrada en servicio de la recogida puerta a puerta en el Raiguer.

Además de las ventajas medioambientales de la implantación de la bolsa roja, también cabe tener en cuenta los beneficios económicos. "En los pueblos donde ya se ha implantado se han reducido las tasas de recogida de residuos", señalan los responsables de la Mancomunitat. De hecho, algunos municipios que pondrán en marcha este sistema en abril ya han aprobado ligeras reducciones en las tasas.

En otros pueblos, como Alaró, la medida irá acompañada de la colocación de contenedores especiales para ceniza o arena para gatos para evitar que las familias usen las bolsas rojas con estos materiales de rechazo.

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