Sin dinero, peligra el patrimonio arquitectónico y artístico que pertenece a la Iglesia de Mallorca. La cúpula del Obispado alertó el pasado viernes en la parroquia de Sineuparroquia de Sineu de que "llegará un momento" en el que la Iglesia "no podrá mantener todo el patrimonio sin ayudas económicas" y que "a largo plazo deberá hacerse una reflexión" sobre esta cuestión. Las palabras fueron pronunciadas por Bartomeu Bennàssar, arquitecto del Obispado, que visitó el municipio del Pla junto al obispo Sebastià Taltavull y otros cargos eclesiásticos para informar al pueblo sobre sus intenciones con el Palau Reial, sede del convento de monjas concepcionistas de clausura que cerró a finales del pasado año y cuyo futuro es fuente de inquietud entre los 'sineuers'.

El obispo Taltavull tranquilizó a los feligreses y aseguró que, en contra de lo que se había especulado, el antiguo convento no cerrará sus puertas definitivamente ni será vendido. Ante un amplio auditorio que se había concentrado en la parroquia de Santa Maria, el máximo responsable de la Iglesia mallorquina anunció la "noticia" de que una nueva congregación religiosa contemplativa ocupará las dependencias del antiguo Palau Reial y que esta posibilidad "está bien encaminada" para que el edificio que albergó el palacio del Rei Jaume II siga teniendo el uso conventual que se inició en el año 1581 gracias a la próxima llegada de "gente joven" de alguna congregación cuyo nombre todavía no ha trascendido.

Reformas urgentes

Los feligreses recibieron el anuncio con alivio y con aplausos hacia el prelado. No obstante, no quedaron tan satisfechos con las explicaciones sobre las urgentes obras de reforma que precisa tanto la fachada de la parroquia como los edificios anexos de la Rectoria y Ca s'Escolà, que se han deteriorado mucho en los últimos meses. El alcalde Miquel Gelabert preguntó expresamente por estos proyectos a la cúpula eclesiástica, que aseguró que las obras de reforma de la fachada "se iniciarán en cuestión de semanas", aunque lamentó la falta de fondos para acometer todas las reformas necesarias. La intervención en la fachada tiene un coste de 180.000 euros y solo hay 130.000 euros en caja. "Nos faltan 50.0000 euros más para pagar la obra", explicó Taltavull, "y después habrá que respirar hondo para realizar todo lo otro", en referencia a la reforma de los edificios anexos a la iglesia, que todavía no tienen un calendario de actuaciones.

Por otra parte, el Obispado negó tajantemente que se haya llevado mobiliario del Palau Reial. "Solo nos llevamos los utensilios que pertenecieron a las monjas, todo el patrimonio artístico está controlado y no se ha tocado nada", aseguraron los responsables eclesiásticos.

Joan Vanrell, del consejo parroquial de Sineu, reclamó "celeridad en la toma de decisiones" por la situación desesperada de la Rectoria, la fachada y Ca s'Escolà. "Ya hemos tenido que trasladar mucho patrimonio, pero quedan muchos otros elementos que podrían perderse para siempre", dijo.

El obispado sí ofreció completa información del proceso de reforma de los dos elementos religiosos que resultaron dañados en el incendio que afectó a la capilla del convento en 2015. La restauradora Antònia Reig explicó que el San Cristo del siglo XVI y el sagrario del siglo XVII "resultaron muy dañados" por el fuego y aseguró que, una vez elaborado el proyecto de intervención y el presupuesto, se iniciará restauración de ambas piezas litúrgicas.