La segunda fase de exhumación de más de 60 de los 118 fusilados y sepultados en la fosa común de Porreres tendrá lugar este mismo año, según apuntó ayer la presidenta de la Associació per a la Recuperació de la Memòria Històrica de Mallorca, Maria Antònia Oliver, justo después de interponer ante el Decanato de los juzgados de instrucción de Manacor, una denuncia penal por delitos de lesa humanidad cometidos contra los asesinados entre 1936 y 1937 en el oratorio de la Creu de Porreres y que posteriormente fueron arrojados a la fosa del cementerio.

Tras el estudio derivado de la primera fase de exhumación que concluyó en noviembre con el descubrimiento de 53 cadáveres, se han podido constatar las torturas derivadas de las detenciones ilegales efectuadas

La presidenta de Memòria Històrica, acompañada por tres familiares de víctimas de Porreres, registraron por la mañana la denuncia ante el juzgado de primera instancia e instrucción número uno, "por delitos contra la humanidad, por desapariciones forzadas y violaciones de los derechos humanos que deberían ser investigadas puesto que no prescriben". "Pedimos verdad, justicia y reparación; tenemos el derecho a denunciarlo y los jueces la obligación de estudiarlo, aunque nos consta que a nivel estatal hay órdenes explícitas de que las denuncias contra crímenes franquistas no sean recogidas, por lo que nos sentimos doblemente víctimas", explicaba Oliver, cuyo abuelo fue uno de los desaparecidos y se cree que podría estar entre los 118 enterrados en la fosa porrerenca. "Son delitos en presente, porque mi madre aún está viva y quiere saber qué fue de su padre".

Otra de las familiares que ayer asistieron al registro judicial fue Maria Jesús Balaguer Rodríguez, nieta de Antonio González Rodríguez, un fotógrafo cacereño que antes de morir en el oratorio de Porreres fue llevado a la prisión de Bellver: "Los jueces deberían personarse en las exhumaciones. Pedimos rapidez, es una llamada de auxilio desesperada porque son ya 80 años de espera", pedía ante la puerta de los juzgados sosteniendo emocionada una foto de su abuelo.

Magdalena Nebot Vaquer, de Capdepera, es descendiente de las Roges del Molinar que fueron fusiladas y enterradas en Porreres. Recuerda también como a su abuelo lo mataron cuando comenzó el golpe de estado y todavía no saben dónde están sus restos. "Recuerdo como a los tres años tuve que ir con mi abuela porque a mi madre la tuvieron presa siete años. Mi padre, después de combatir pudo huir a Argelia, donde posteriormente mi madre y yo nos reunimos con él, no sin antes estar dos semanas en medio del mar a la deriva en un bote; por eso me indigna tanto lo que está pasando actualmente".

Catalina Moyà, también gabellina e hija de Baltasar Moyàgabellina, reclama también justicia "ante un hecho tan doloroso y que ya dura más de 80 años". Era muy pequeña cuando partidarios franquistas se llevaron a su padre, el 9 de agosto de 1936, a la prisión de Can Mir. Medio año después, el 15 de enero de 1937 fue asesinado y tirado a la fosa común de Porreres.