El ayuntamiento de Llucmajor ha reservado una partida presupuestaria de 60.000 euros para poner en marcha un concurso de ideas con el fin de embellecer y redefinir la plaza Reina Maria Cristina de s'Arenal (conocida popularmente como plaza naranja), lo que no descarta volver a crear un proyecto en el que se incluyan entre dos y tres plantas de aparcamientos subterráneos, como ya los preveía el polémico proyecto de 2008 que nunca ha llegado a realizarse.

"En s'Arenal existe un grave problema de falta de aparcamientos al que hay que buscar solución", explica el concejal municipal de Urbanismo, Jaume Tomàs, quien señala que "una vez tengamos claro el proyecto, volveremnos a solicitar ayudas supramunicipales". De las que, recuerdan, no se hizo un buen uso hace casi una década "y seguimos pagando las consecuencias económicas y sociales. Es la plaza no construida más cara de España", puntualiza el regidor de Hacienda, Jaume Oliver.

Y es que la plaza naranja de s'Arenal pasará a la historia por ser uno de los mayores fiascos del Urbanismo llucmajorer hasta la fecha. Durante la legislatura de Lluc Tomàs (pacto entre el PP y ASI) el consistorio solicitó una subvención estatal para una reforma integral del espacio. Madrid le concedió seis millones de euros para la rehabilitación superficial y la construcción de tres plantas de aparcamientos subterráneos para 126 vehículos.

"El problema es que el dinero se dedicó a otras partidas de gasto corriente cuando no se podía, al ser una subvención finalista, por lo que el Estado no solo reclamó el dinero de vuelta, sino que obligó al Ayuntamiento a pagar intereses y una multa por la falta de certificaciones de obra", aclara Oliver, que apunta a que cuando se acabe de devolver el crédito solicitado posteriormente para tapar el desaguisado, más los intereses derivados y la multa por incumplimiento "podríamos haber pagado 3,4 millones extra a los seis que se utilizaron para otra cosa".

Como ya adelantó Diario de Mallorca, el ayuntamiento de Llucmajor puso hace unas semanas el caso y los papeles en manos de Fiscalía para que la Justicia actúe en consecuencia, y depure las responsabilidades políticas pertinentes en caso de que las hubiera.

Por otra parte, el concejal de Hacienda dio a conocer ayer el presupuesto municipal para el ejercicio 2017: 38,2 millones de euros que suponen casi un 6% de incremento respecto a las cuentas de hace un año. Números que intentarán equilibrar un poco más la maltrecha economía local, que cerró 2016 con 27,9 millones de déficit (un 70,8% de endeudamiento), prácticamente la mitad de la deuda que acumulaba la corporación hace cinco años, en 2012, cuando llegó a ser de 55 millones de euros.

Hay que recordar que durante los años de bonanza económica el consistorio llegó a incrementar su déficit a un ritmo medio de más de cuatro millones anuales, lo que le llevó de deber 15 millones en 2002 a los 55 de 2012 (lo que suponía un ratio escalofriante de endeudamiento del 99,8%).

Para deshacer el camino, el nuevo equipo de gobierno local (formado por PSOE, El Pi y Més), deberá devolver este año de pasivo financiero a los bancos 4,4 millones de euros, lo que ya permitirá utilizar los aproximadamente 2,5 millones de superávit del ejercicio 2016 (se sabrá en marzo) a proyectos sostenibles como el ensanchamiento de parte del camino de sa Torre, mejora de la eficiencia energética de polideportivos o la grada de s'Arenal.