La presencia de bolitas de poliestireno expandido en el medio marino es peligrosa y la acción del torrente hace que ese material se traslade al mar. Fiol sostiene que "existen estudios científicos en los que se refleja la presencia de poliestireno en los intestinos de animales marinos, y no en pocas cantidades, y eso provoca bloqueos que pueden ser letales", dice. En algunas ciudades de Estados Unidos se ha prohibido ya la fabricación de recipientes con este producto. Fiol explica que las bolitas pueden ser fácilmente confundidas por peces y otros animales acuáticos o aves con alimento y comerlo por error. Los trozos más grandes pueden incluso confundir a las tortugas que lo confunden con una medusa. "Y no es solo malo para los peces y los océanos. Puede ser nocivo para el ser humano también. Es muy preocupante que algunos de estos peces que se alimentan de plásticos acaben en nuestro plato", indica el portavoz de Gadma.