Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Lletra menuda

Heridas y cicatrices del 'boom' de la construcción

Heridas y cicatrices del 'boom' de la construcción

La historia de Mallorca está invariablemente ligada a las canteras. Desde que los primeros seres humanos comenzaron a poner un pie en esta isla se ha ido extrayendo piedra y tierra de ella porque el hombre necesita cobijarse y crear espacios para su desarrollo económico y social. Igualmente para exhibir poder o rendir culto a sus dioses. Sin ir más lejos, para la memoria colectiva han quedado las duras vivencias de las canteras próximas que sirvieron para proveer de material la magnitud de la Seu. Las canteras han dejado también mella en el paisaje de Mallorca y lo han hecho con especial virulencia en los mejores -o peores, según se mire- años del boom turístico. Desde otra perspectiva, tampoco se puede perder de vista que son un elemento necesario con un consumo cifrado en una media de 15 kilos día por habitante. Las canteras deambulan entre la mala imagen que ofrecen y la necesidad que cubren. Se calcula que puede haber unas mil inactivas en toda Mallorca y según el Govern, un centenar en explotación que, en la cuenta de la asociación profesional del gremio apenas superan las 60.

En octubre de 2015 se inició un proceso de regularización de todas las unidades del sector que, en principio, debe estar concluso el próximo mes de abril pero tiene todos los visos de sufrir nuevos retrasos.

Esta es una tarea que compete al Govern mientras el Consell, por su parte, inicia la revisión de las zonas de interés minero. Hay una confluencia de intereses no siempre compatibles entre sí. Mientras el sector empresarial se queja de los altos costes que supone la regularización actual para ellos y de ser los malos de la película, a la Administración no le queda más remedio que poner orden y vigilar por la reparación de los terrenos. También se ha abierto la vía de dar una segunda vida a las explotaciones en desuso, lo cual reconvierte algunas canteras en espacios de ocio, actividades artesanales o lugares acotados para el cuidado y regeneración del medio natural. Se trata de saber dar utilidad a las cosas.

Compartir el artículo

stats