n Macià Batle, bodega de Santa Maria, y Hereus de Ribas, Bodega de Consell, se han dado de baja de la DO Binissalem en estos últimos diez años. Además, se da la curiosidad de que Hereus de Ribas es una de las firmas fundadoras de la denominación.

Las razones de la marcha son las mismas en ambos casos, la necesidad de innovar sus propuestas vinícolas. La DO Binissalem fue pionera en Mallorca y fue clave para la supervivencia de los vinos de la zona en un momento muy delicado.

A principios de los años 90 quedaban pocos productores porque no era rentable hacer vino en la isla y era una práctica bastante frecuente disfrazar vino de fuera como mallorquín. La DO sirvió para relanzar el producto, como un vino de calidad y rentable, que incluso sirvió de modelo para que Pla i Llevant se regulase. Para lograr sus objetivos se sirvió de un estricto reglamento que regulaba las variedades e incluso los porcentajes de vino de cada variedad admitida que se podían utilizar en la elaboración.

Sin embargo, pasados unos 20 años el panorama era ya muy distinto y se estaba dando una explosión de cultura vitivinícola. Como dice Ramon Servalls, portavoz de Macià Batle, "el sello de calidad que antes garantizaba la pertenencia a la DO lo lograron las empresas con una regulación propia y proyectos muy serios". Por esa razón Macià Batle consideró mejor abandonar la DO, circunstancia que le permitía elaborar vinos con otras variedades.

Pero incluso en el seno de la denominación casi todas las bodegas producen vinos con DO y otros fuera de ella, precisamente para poder innovar y crear otros vinos personales que incluyan variedades no autóctonas, o no incluidas en el reglamento de la DO.