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Entrevista

Marc Crespí: "Los autobuses interurbanos son viejos, tienen muchas averías y no cumplen los horarios"

"Mientras los horarios sean marcados por las empresas, habrá quejas porque priman el beneficio"

Marc Crespí, representante de los usuarios del transporte público interurbano. j. frau

"Hoy no es un buen día para que yo hable de transporte público", afirma Marc Crespí después de sufrir un retraso de cuarenta minutos en la línea de bus entre el Port de Pollença y Palma que utiliza diariamente para acudir a su puesto de trabajo como oficial del registro de la propiedad. Cuando detecta alguna anomalía en un autobús, él mismo la denuncia en vídeos que cuelga en el portal que la plataforma tiene en Facebook, convertido en un libro virtual de quejas ciudadanas sobre el transporte público por carretera.

-La plataforma de usuarios se fundó en 2013 y está registrada como asociación legal. ¿Cuántos socios tiene?

-No llevamos un registro porque no hacemos pagar cuota a nadie. Un total de 514 personas reciben información de la plataforma.

-¿Qué motivos impulsaron la creación de la asociación?

-Todo empezó en Pollença, donde teníamos problemas con la línea de bus. Hicimos una reclamación colectiva en la que participaron 80 personas y pensé que hacía falta alguna plataforma de este tipo. No hay otra más como la nuestra en la isla.

-¿Es usuario diario del autobús por necesidad o por convicción?

-Por ambas cosas. Puedo venir en coche a Palma y a veces lo hago, pero la mayoría de veces me desplazo con la línea 340 entre Pollença y Palma.

-¿Cuál es la situación actual del transporte por carretera?

-Hay falta de mantenimiento y no existe una legislación adecuada y específica para el transporte público, ya que la ley de Transportes que hizo el PP en la anterior legislatura se ocupaba principalmente del servicio discrecional y de los taxis. Pero hoy en día los autobuses pueden ir sin cinturones de seguridad, por ejemplo. Los vehículos son muy antiguos, tienen muchas averías y problemas para cumplir los horarios. Es cierto que no son todos, porque creo que hay 22 empresas dedicadas a esto y no todas son iguales. Las pequeñas empresas mallorquinas están condenadas a desaparecer, pero las más potentes, como Transabús, tienen muchos más problemas. Los conductores, en ocasiones, hacen unas combinaciones de líneas que suponen un horario tremendo y a veces incluso desconocen donde están las paradas.

-¿Es una práctica habitual que las concesionarias cambien los horarios a su antojo, tal y como han denunciado numerosos usuarios al Govern?

-Sí lo es. Esto pretende cambiarse ahora para que el consorcio de Transportes sea el encargado de imponer los horarios. Hoy funciona al revés. Dentro de dos años se unificarán las concesiones, y parece que se espera a 2019 para arreglar todo lo que está mal. El problema es que todavía tenemos que aguantar dos temporadas más con esta situación.

-El Govern quiere aumentar el servicio en un 25% en cuatro años. ¿Lo ve posible?

-Deberán cambiar muchas cosas. Lo bueno que tiene el futuro plan es que se ha elaborado a partir de los talleres previos en los que estuvimos presentes junto a otros sectores implicados. En estas reuniones surgieron muchas de las condiciones del nuevo plan de transportes. Se adecua a nuestras demandas. Alcanzar el objetivo del 25% dependerá de si hay una legislación específica y de la colaboración entre las administraciones. Es un plan muy bonito en líneas generales, pero veremos qué pasa a la hora de aplicarlo porque las tres concesiones que quedarán también defenderán su política empresarial. El Govern se lo juega todo a una carta con este plan.“El Govern se lo juega todo a una carta con el plan para unificar concesiones que se aplicará en 2019”

-¿Qué ventajas tendrá la unión de concesiones prevista?

-Las cuestiones técnicas no nos corresponden a nosotros. Lo único que queremos es que nos den un buen servicio, sean tres o veinte concesiones. Particularmente lamentamos que las empresas pequeñas de aquí tengan tendencia a desaparecer si no se juntan porque no pueden competir con unos capitales tan bestias.

-Parece ser que habrá nuevas conexiones entre zonas turísticas y el aeropuerto. ¿Qué le parece?

-En principio es positivo. Se nos dijo desde el consorcio que era una demanda de empresas, ayuntamientos y usuarios. Pero hay cosas que no se entienden: Transabús anunció que comprará treinta autobuses nuevos para cubrir este nuevo servicio, pero nosotros hace tiempo que reclamamos que renueve la flota, porque tiene auténticas carracas, y siempre se ha negado. Y lo más curioso es que todavía no se han adjudicado las líneas. No me cuadra.

-¿Existe alguna línea que podría calificarse como la de los horrores por su mal servicio?

-La línea Santanyí-Palma es un calvario tanto en horarios como en duración del trayecto, que supera la hora. Es un bus articulado sin comodidades, a veces sin aire acondicionado en verano y sin posibilidad de dejar las maletas, que salen disparadas cuando hay un frenazo fuerte. En líneas generales el transporte público está muy mal. La línea Andratx-Palma también tarda una hora y solo son treinta kilómetros. También está el servicio hasta Valldemossa, en el que se han quemado dos buses en un año porque se calentaban demasiado al subir las cuestas.

-¿Cuál es la situación más esperpéntica que se ha encontrado en un autobús público?

-Gente desmayada por el calor. Los usuarios habituales ya estamos acostumbrados a los desastres, y eso que los mallorquines nos quejamos poco, pero los extranjeros flipan cuando ven que un autobús de 18 metros no tenga un lugar para colocar las maletas o que con 40 grados vayan sin aire acondicionado. La dejadez en el mantenimiento y el servicio incorrecto es lo que más alucina a la gente, porque parece un servicio del Tercer Mundo.

-¿Cuál es la relación calidad-precio de los billetes?

-Si uno no tiene la tarjeta intermodal es un atraco espantoso. Con la tarjeta los precios son razonables. Ahora el sistema tarifario también cambiará.

“Los turistas flipan cuando ven que un bus de 18 metros no tiene un lugar para dejar las maletas”

-¿Subirán los precios?

-No, porque cuanto más uses el servicio más barato será. Además, habrá como una tarjeta-monedero en la que uno solo pagará por el trayecto que haga. También se premiará la fidelización. Cuantos más viajes cubras de una misma línea durante un mes más barato saldrá al usuario. Es un buen sistema si tienes la tarjeta, porque si no la tienes el viaje entre Palma y Cala Rajada, por ejemplo, costará doce euros.

-Los usuarios del tren se quejan de falta de información sobre los cambios o los incidentes. ¿Ocurre lo mismo en el transporte por carretera?

-Sí, o tienes internet y estás comunicado con la web del consorcio o no te enteras de nada. El pasado miércoles vine con el tren y comprobé que había huelga. Allí no había ningún panel informativo sobre los horarios ni nada.

-¿Cuáles serían las tres principales demandas que, a su entender, debería resolver ya el Govern en el transporte público interurbano?

-La primera de todas es la mejora de los autobuses, el cumplimiento de las frecuencias y la tercera sería la racionalización de las líneas. Estaría bien programar líneas directas entre el destino y el origen. Entre Andratx y Palma hay ocho o nueve paradas oficiales, pero de extraoficiales realiza 22 o 23 paradas. Estar una hora para venir de Andratx no compensa. Respecto a los horarios, hemos reclamado muchas veces que haya un horario fijo durante todo el año y en verano se incorporen nuevas frecuencias sin cambiar la base. Ahora cambian los horarios el uno de noviembre y después el uno de abril, por lo que hay que volver a adaptarse. Mientras los horarios sean marcados por las empresas, siempre habrá quejas porque primará su beneficio.

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