Son Servera celebró ayer el levantamiento del cordón militar que la mantuvo aislada del resto de poblaciones durante la peste de 1820 que asoló el pueblo. Como es tradicional, durante este día se celebran una serie de actos encaminados a recordar la trágica efeméride, que estuvo a punto de acabar con la localidad, que pasó de tener unos 2.000 habitantes a solamente 800.

Por la mañana se entregaron los premios del concurso de poesía en los que participan los centros de enseñanza de Jaume Fornaris, Na Peñal y el IES Puig de Sa Font; donde los jovenes glosadors dieron lectura a sus composiciones sobre la historia y leyenda que gira en torno de la peste de 1820 y la Festivitat de Sant Ignasi d'Antioquia, que recuerda el levantamiento del cordón sanitario.

Acto seguido se celebró el tradicional acto religioso en la iglesia de Sant Joan, donde el rector Jaume Mercant, cantó el solo del himno al santo. Seguidamente se realizó la ofrenda floral a la escultura del pastoret de la que es autor el exalcalde socialista del Municipio, Eduard Servera, y que representa al protagonista del la leyenda, el joven pastor que trajo la peste al pueblo después de morir en un barco y ser enterrado en la playa del Port Vell, símbolo de este momento histórico y que se encuentra emplazado en la plaza de Sant Joan.

Seguidamente en el salón de plenos municipal, tuvo lugar la entrega de los premios de investigación, Metge Joan Lliteres, que cada año premia a personas, entidades e instituciones de las islas que velan por las labores de concienciación social, humanitarias, y de investigación científica y médica en beneficio de todos los ciudadanos de nuestra comunidad.

En esta ocasión el premio ha recaído en el Proyecto Campus Saludable impulsado por la UIB, destinado a fomentar la salud en el ámbito universitario mediante la creación de entornos saludables. Acudieron a recoger el galardón, Antoni Aguiló, Aina Riera y Pere Tauler en representación de la universidad. Aguiló agradeció el premio a un proyecto que lleva cuatro años desarrollándose y que ha sido posible gracias a la implicación de muchas personas de la comunidad universitaria. Un proyecto que podría resumirse con las tres eses: salud, solidaridad y sostenibilidad.

En la presentación del acto, la alcaldesa socialista Natalia Troya, tuvo unas palabras de recuerdo y agradecimiento a todos aquellos vecinos que después de superar la devastadora epidemia, encontraron fuerzas para reconstruir un pueblo desolado. Los premios Metge Joan Lliteras, recordó la primera edil, son el agradecimiento a las ayudas que recibieron aquellos escasos 800 habitantes del resto de pueblos de las islas, tras la devastadora epidemia.