Los murers por fin consiguieron celebrar las Beneïdes de Sant Antoni. Ayer domingo, el tiempo dio tregua a los vecinos para disfrutar con el acto más tradicional de esta celebración en el municipio.

El mal tiempo provocó que, por tercera vez en la historia, se tuviera que suspender este acto. La primera ocasión en que se anuló fue en el año 1985 debido a una gran nevada; la segunda vez fue en 1991 por fuertes precipitaciones y esta tercera, el pasado 17 de enero. Pero, como afirmaba el párroco Pere Gerard Bestard, "todos los santos tienen ´vuitada´ y este año las hemos juntado todas para poder seguir con la tradición de las ´Beneïdes".

Miles de ´murers´

Pese a que parecía que los ánimos se iban desinflando con el paso de los días, miles de murers y visitantes se acercaron ayer por la tarde hasta la localidad de Muro, para celebrar la festividad y bendecir a los animales. Entre ellos, se vio todo un universo animal formado por muchas mascotas: perros, gatos, tortugas, canarios, conejos... Incluso, no faltaron un rebaño de cabras, un rebaño de seiscientas ovejas, y centenares de caballos, que intentaron sortear a los pícaros dimonis que no pararon de dar escobazos a todo el que se ponía en su camino y asustando a niños y mayores.

´Dimonis´ de sa Pedrera

En el concurso de carrozas, se pudieron contemplar auténticas obras de arte, como una réplica del Taj Mahal de la India o de la estación de tren de Muro, homenajeando su 130 aniversario, así como una dedicada a los Dimonis de sa Pedrera, o estampas típicas del campo mallorquín o de la vida cotidiana de antaño, sin olvidar a trols, legos y un sinfín de variedades.

Puede que éste haya sido un Sant Antoni peculiar, pero, como decían ayer muchos vecinos, "Sant Antoni no acaba hasta que no se celebren las ´Beneïdes´ aunque tengamos que celebrarlas en carnaval". Y así fue como ayer los murers despidieron a su santo más querido.