El PP de Campos aprobó en el pleno de anteayer suspender, durante un año, cualquier nuevo permiso para la apertura de una mezquita, iglesia u otros diversos centros de culto. Los gobernantes, liderados por Sebastià Sagreras, justificaron la medida diciendo que "ha llegado mucha gente a Campos y de procedencias distintas" y vecinos "tienen dudas, incerteza, la afluencia de muchas personas por la noche puede también provocar molestias...". Su apuesta: regular las futuras ubicaciones de nuevos usos religiosos mediante el nuevo Plan General, en periodo de confección inicial. El PP no obtuvo el respaldo ni de Més ni de El Pi ni PSOE. El partido que más cuestionó la controvertida decisión del PP fue Més, al considerar que la medida "parece que segrega un poco". También dijo no entender la urgencia de esta aprobación, "se podría esperar perfectamente a disponer del Plan General". La reflexión en voz alta de que los funerales de la iglesia católica, en pleno centro urbano, son por la noche y concentran a un elevado número de vecinos, hizo cavilar aún con mayor profundidad a muchos. Por todo ello, se deberá mirar con lupa qué criterios sigue el consistorio para fijar las zonas de nuevas mezquitas, iglesias, etc. ¿Habrá coherencia? Según Sagreras, "creemos que este es el momento oportuno para aprobar la suspensión de los usos religiosos y socioculturales contemplados en las Normas Subsidiarias". Hoy en día, la comunidad musulmana cuenta en Campos con su punto de encuentro y han proliferado otros centros de culto como la Iglesia Centro de Alabanza y Adoración La Viña, en la Avinguda de la Verge (ante la plaza de l'Olivera), y una Iglesia Evangélica en la calle Convent, justo ante el Auditòrium.
