Mientras que unas acabaron por claudicar ante los pronósticos meteorológicos y decidieron definitivamente suspenderse, como en el caso de Manacor, Sant Llorenç o Son Servera, o aplazarse como en el caso de Muro, diversas Beneïdes no hicieron tanto caso al parte del tiempo y aceptaron la tradición hasta el final. Fueron los casos de Alaró, Llucmajor, Cala Rajada o Son Macià, donde el humor volvió a ser la nota dominante de un desfile de carrozas animado y entrañable.

Si hablamos de las más emblemáticas por nombre, las Beneïdes de Muro, hay que decir que el Ayuntamiento decidió ayer por unanimidad que habrá tercer intento y que se aplazan hasta el próximo domingo día 29 de enero, a las 15,30 horas.

En Manacor ni salieron. Y el sábado por la tarde el Patronat emitió un comunicado en que comunicaba la decisión final de cancelarlas hasta el año siguiente. Una decisión que también tomó antes del fin de semana Sant Llorenç. Sin embargo y si hubieran seguido convocadas, no hubiera habido problema ya que no llovió en toda la mañana en la zona, salvo escasos minutos en la costa de Cala Millor.

Alaró desafió también la amenaza de lluvia y celebró sus Beneïdes aunque fueron poco concurridas. Entre los animales primaron los perros aunque no faltaran pájaros, gatos y otros tanto más exóticos.

En Cala Rajada la lluvia redujo la participación a dos carrozas, pero bastantes monturas. Unas Beneïdes que terminaron pasadas con agua, pero con mucho público. El día anterior se celebró también el primer ball dels dimonis y la rotura de la cruz de mata.