Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Jaume Mayol King: "Una frase de James Bond me ayudó a ser piloto comercial"

"El aeropuerto de Saint Marteen es espectacular, hasta hay una pizarra en la playa con los vuelos"

Jaume Mayol, con chaqueta de piloto, posa con un avión de juguete durante los días de vacaciones de que dispone entre unas rutas y otras. Diario de Mallorca

-¿Un piloto nace, se hace o se lo paga?

-En mi caso siempre lo tuve muy claro... pero tiene razón, es muy caro y cuando terminé la universidad no me lo podía permitir. En mi casa no salían los números.

-¿No le viene de familia?

-En parte sí; mi abuelo Arthur (la familia materna de Jaume es de Nottingham) quiso ser piloto del ejército británico en la segunda guerra mundial, pero de pequeño recibió un golpe en un ojo y no pudo pasar las revisiones pertinentes, con lo que se quedó fuera. Fue él quien siempre me contaba historias interesantes de bases y aviones. Me hubiera gustado poder haberle llevado pilotando.

-¿Entonces cuál hizo entonces su vocación?

-Empecé a estudiar Enfermería en la UIB, y acabé ejerciendo en centros de salud sobre todo.

-Pero no se conformó...

-No. Tuve la suerte de coincidir con un médico que me animó a perseguir mi sueño, porque como yo, él emprendió su vocación tarde. Llevaba años como marmolista cuando se decidió, así que ¿por qué no lo iba a poder intentar yo?

-¿Y la solución fue?

-¡Hacer guardias como un cabrón! [risas]. Me acuerdo que una vez entré un viernes por la tarde y no salí de trabajar hasta el lunes por la mañana. Realmente necesitaba ahorrar.

-Porque... vamos a hablar claro, ¿cuánto cuesta ser piloto?

-Ser piloto comercial cuesta alrededor de 60.000 euros. En mi caso logré ahorrar la mitad y para el resto pedí un crédito.

-¿En Palma?

-En Palma existen dos o tres escuelas privadas, pero yo me fui a Barcelona, porque era más barato incluso pagándome cada mes el alojamiento. Allí me pasó algo curioso, porque visité dos. En la primera escuela me atendió un señor despeinado que me acuerdo que llevaba una gran mancha en la corbata. En la segunda, Top Fly, con base en Sabadell y donde finalmente estudié, todo era más pulcro. Tomé la decisión acertada, porque unos meses más tarde la primera cerró, probablemente hubiera perdido todo lo invertido, y hoy no sería piloto.

-¿Cuánto tiempo dura la formación?, ¿es complicada?

-Dura tres años y bueno, tampoco estudias para astronauta [sonríe]. Primero pasas una parte técnica para después centrarte en la práctica de vuelos para toda la parte visual e instrumental.“Echo de menos los conciertos con Anegats, aunque no tanto los ensayos o las grabaciones”

-¿Con simulador?

-Una parte sí, pero también con un avión monomotor, un Cessna, primero y después con un Séneca, que ya es bimotor.

-¿Supongo que tendrá alguna anécdota de esos primeros vuelos?

-Hay una muy buena. Cerca de donde despegábamos en el aeródromo de Sabadell, había un edificio muy alto, el Bahía, que debíamos superar. Evidentemente pasábamos muchas veces por encima, lo que por lo visto molestaba mucho a un hombre gitano, que me acuerdo que salía a la azotea con una escopeta de balines para dispararnos.

-¿Cómo dice?

-Así es [risas]. Hay que decir que era de balines y que los proyectiles no traspasaban, pero podía oír perfectamente los impactos al pasar. Otra anécdota, más normal, es que me daba mucho miedo aterrizar, porque la pista era corta y hay que medir muy bien la velocidad, llegué a pensar que nunca podría hacerlo y tendría que dejarlo... al final todo se aprende. Los pilotos somos unos agonías.

-¿Y de ahí a piloto comercial?

-No. De hecho volví a la Enfermería y empecé a enviar currículos. Hasta hace unos años era muy complicado hacerse un hueco en una compañía si no conocías a alguien ya dentro. Ahora se han ampliado los requisitos y es más accesible. En cualquier caso, mientras esperaba vi que una aerolínea estadounidense, subcontratada por DHL y con base en Miami necesitaba copilotos para pilotar un Cessna Caravan para llevar mercancías entre islas del Caribe. Así que me saqué la licencia americana y fui para allá. Si llegaba tarde a una entrega, ya podía ser piloto... tenía que ayudar a descargar.

-Debió visitar lugares increíbles

-Así es. San Juan de Puerto Rico o Saint Maarten, donde la pista está justo al lado de la playa y volábamos a más baja altura a propósito.

-¿Es tan espectacular como se ve en imágenes?

-Incluso más. Me acuerdo de que en el chiringuito de la playa hay una pizarra con los horarios de cuando pasa cada avión. Pasó un Airbus 340 de Air France y fue increíble.

-¿Alguna pista peligrosa?

-La de Saint Barts. Es solo para avionetas y para aterrizar hay que ser muy técnicos porque está justo bajando la ladera de una montaña.

-Hablemos de música. Usted fue durante muchos años el batería del grupo Anegats...

-Empezamos a los 16 años en Son Servera junto a José Juan Umbert y Pep Álvarez. Casi que no pude elegir. Yo no tenía ni idea de baterías hasta que me compré una ¡y a tocar! Lo malo es que como costaba transportarla de un sitio a otro, todos venían a ensayar a casa y mi madre se quejaba. Después, cuando nos dimos a conocer y grabamos los dos primeros discos aquello era frenético. Trabajaba de enero a abril y después venía a Mallorca para la temporada de conciertos, e incluso hacía alguna guardia de enfermería.

-Aviones y música, dígame la verdad, ¿no se sentía usted como una 'rockstar'?

-[Risas]. Mire, ahora que lo dice, me acuerdo de una vez que como Pep (el cantante del grupo) trabajaba en Barcelona y yo estaba dando clases a unos alumnos chinos en Sabadell, alquilamos una avioneta para ir a un concierto que teníamos el fin de semana. Llegamos, pero ya no quiso regresar conmigo y cogió un billete normal. La verdad es que se lo hice pasar un poco mal aposta...

“Me solían disparar con una escopeta de balines desde una finca cuando hacía prácticas en Sabadell”

-¿Hay peligro en una turbulencia?

-No, es como un barco pequeño o como un coche en un camino con algunos baches. En el aire puede haber turbulencias, pero no es algo peligroso. Lo es más un aterrizaje, por ejemplo. De todas formas siempre que podemos las evitamos por comodidad del pasaje.

-¿Cuál es la peor zona de turbulencias que conoce?

-En el denominado frente intertropical, cerca del ecuador, convergen dos masas de aire caliente que al ascender crean muchas turbulencias. Pero siempre las esquivamos lo mejor posible. Aunque las que peor he sufrido como piloto fueron unas volviendo desde Madrid. Así que todo depende.

-¿Echa de menos el grupo?

-Los conciertos sí, mucho; las grabaciones y ensayos no tanto.

-Siguiendo con su historia, ¿cómo llegó a Air Europa?

-Me presenté a unas pruebas que la compañía convocó en la UIB. 80 plazas para unos 900 aspirantes. Teníamos que pasar un test psicotécnico y después una entrevista personal; creo que James Bond me ayudó.

-Sorpréndame

-En un momento de la entrevista me preguntaron qué opinaba sobre el hecho de aplicar presión sobre un piloto que está aprendiendo, si eso podía ayudar o no. Yo acababa de ver una película de Jame Bond y enseguida me vino la frase perfecta: "Aplicada en su justa medida, la presión convierte el carbón en diamante". Creo que les convencí [risas].

-¿Cuáles fueron sus primeras rutas?

-A través de Europa, al norte hasta Suecia y al este hasta Tel-Aviv, por ejemplo.

-¿Hay zonas prohibidas?

-Sí, hay espacios aéreos vetados. No se puede sobrevolar Marivent o zonas militares o en conflicto. Las rutas que nos dan las evitan.

-¿Las películas de aviones reflejan la realidad?

-Todavía no he visto Sully, la última de Clint Eastwood, pero me han dicho que es bastante fiel. La que no recomendaría sería una de Denzel Washington (titulada El Vuelo). Luego están otras divertidas como Aterriza como puedas.

-¿Qué me dice de 'Top Gun'?

-¡Me olvidaba de ella claro! [sonríe]. Nos influyó a toda una generación. De hecho creo que el ejército de los EE UU pagó parte de la película porque en aquellos momentos había una falta de pilotos militares. Y funcionó.

-Elija tres discos para volar

-Pues si tuviera que elegir tres discos que me han marcado serían: Smells like teen spirit, de Nirvana; Paraules, de Anegats; y el del concierto que Queen grabó en directo en el estadio de Wembley.

Compartir el artículo

stats