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Sanidad

La Audiencia alerta del mal funcionamiento del hospital de Inca tras la muerte de un paciente

El tribunal archiva el caso de dos traumatólogos por negligencia grave y considera que cometieron una falta, ya prescrita, por una operación en 2008

Imagen de archivo de uno de los accesos al hospital de Inca. Diario de Mallorca

La Audiencia de Palma alerta en un reciente auto del mal funcionamiento del hospital de Inca tras la muerte de un joven paciente que fue operado de reducción de una fractura vertebral en 2008. El tribunal de la sección segunda ha archivado el caso contra los dos traumatólogos que intervinieron al afectado al considerar que no cometieron un delito, una negligencia grave, sino una imprudencia leve, es decir, una falta de muerte por imprudencia, vigente en la fecha de los hechos, pero que ahora ya está prescrita.

La sala deja la puerta abierta a las acciones civiles y administrativas que puedan corresponder a la familia del paciente fallecido, de unos 30 años. Según el auto, de lo actuado podría resultar finalmente una responsabilidad patrimonial de la administración sanitaria, en este caso el Ib-Salut, ya que no había anestesista en la Unidad de Recuperación Anestésica (URPA) del hospital. El que tenía que estar a cargo del finado se hallaba actuando en otra operación, lo que motivó la tardanza en el diagnóstico de la hemorragia interna.

El paciente fue intervenido el 4 de febrero de 2008 de reducción de una fractura vertebral, que consiste en colocar unos tornillos pediculares sobre las vértebras. Durante la operación, se produjo una tunelización más larga de lo normal, que no fue detectada por los facultativos y derivó en una lesión vascular y posterior sangrado. El problema se descubrió unas tres horas después de concluida la intervención y que produjo una hemorragia interna, que pese a ser inicialmente controlada finalmente el paciente murió desangrado. El tribunal concluye que hay datos que descartan por completo que los dos traumatólogos operaran "a ciegas" y sin observar cautela alguna. La colocación de los tornillos fue correcta, aunque uno sobrepasó la cortical.

No se apercibieron

Los facultativos no se percataron de que se había dañado la arteria intercostal, porque el paciente no sangró debido a que fue operado bajo hipotensión controlada y la lesión vascular se produjo al colocar el tornillo quedando taponada la posible hemorragia o surgiendo esta en las maniobras de volteo al girar al paciente y colocarlo boca arriba. La sangre se alojó en una cavidad pulmonar, de modo que los denunciados no pudieron conocer, ni por tanto intentar controlar, la hemorragia.

La sala detalla que no hay duda de que los dos traumatólogos fueron los causantes de la lesión vascular, pero no queda del todo claro, o al menos con plena seguridad, que únicamente a ellos fuera imputable el fallecimiento del paciente, toda vez que la hemorragia no fue detectada a tiempo por el anestesiólogo, a pesar de que el paciente nunca llegó a recuperar las constantes vitales y la situación tuvo que ser muy alarmante, ya que la enfermera de la URPA le tuvo que avisar hasta en nueve ocasiones.

No hubo dejación

Según el tribunal, no hubo dejación del anestesista, cuyos cargos fueron sobreseídos, porque atendió esta urgencia, la mayoría de las veces por teléfono, pese a que estaba en otra operación, también urgente, pero no lo hizo con el necesario sosiego. Así, valoró el sangrado del paciente, pero de modo tardío, "propiciado ello porque se hallaba asistiendo en otra intervención de urgencia".

El auto destaca que, según explicó una cirujana que realizó la segunda operación, "si la hemorragia se hubiera detectado antes, hubiera sido posible salvar la vida del paciente con bastante seguridad". Por ello, la Audiencia de Palma apunta a disfunciones en el funcionamiento del hospital: "Lo que parece claro y esto lo reconoció el propio antestesiólogo es que en la URPA debería de haber estado presente durante todo el tiempo un anestesista y si bien él no podía y no había otro de retén, circunstancia que alerta de un posible erróneo funcionamiento de la administración sanitaria, tal vez debería haberse optado por trasladar al enfermo a Palma".

La sala señala que la intervención se realizó con una técnica quirúrgica correcta, pero hubo un error de cálculo mínimo, por lo que los hechos serían una falta de imprudencia con resultado de muerte y esta ya ha prescrito.

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