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Sant Antoni 2017

Las alternativas y originales 'caretes de dimoni llorencines'

Hace unos años que un grupo de amigos de Sant Llorenç recuperó la tradición de hacerse sus propias caretas para participar en Sant Antoni

Durante el proceso de retoques. b. capó

Pere Josep Sastre, Jordi Jaume, Joan Galmés, Xavier Leal, Tomeu Brunet, Lluís Sastre y Álex Antich, son un grupo de amigos de Sant Llorenç, que un día decidieron confeccionar caretes de dimoni para tomar parte en los festejos de Sant Antoni de su pueblo, sin ser parte del Sobreposat organizador de las fiestas santantonieres.

Según cuentan la idea nace de aquellos recuerdos que se mantienen vivos en sus memorias de cuando eran niños y l'amo en Jaume Figuera, un vecino de Sant Llorenç, ya confeccionaba caretas de dimoni que prestaba a algunos niños, que luego se ataviaban con el correspondiente traje y participaban de las Beneïdes.

Estos niños, convertidos en adultos, un día se volvieron a reunir y decidieron confeccionarse ellos mismos las caretas y vestidos con la misma intención de antaño, participar en la fiesta de Sant Antoni. Las primeras seis, más el prototipo lo confeccionaron en 2012 y hasta el momento llevan una veintena. Las confeccionan por hobby aunque algunas se la han solicitado para decoración.

Y es que hay que distinguir entre los ejemplares, las tradicionales caretes de dimoni, que esconden todas la cabeza, con las máscaras que solo tapan la cara y que generalmente se usa como decoración, al ser más fáciles de colocar en una pared. Para confeccionarlas emplean diseños propios de su inspiración, con personalidad propia con sus ideas hasta encontrar el diseño que les gusta.

El material que emplean en su confección es la fibra de vidrio, tratada con una resina especial para su endurecimiento. Los cuernos de animales es lo más difícil de conseguir, a veces en hallazgos en sus excursiones, donados o comprados. También dientes de cordero o porcino y uñas de gallos. En cambio la lana usada para la cabellera es sintética.

El primer paso es crear un molde que puede ser de materiales como el yeso, barro, etc. Después se aplica la fibra de vidrio en capas. Esta parte del proceso es la más larga y delicada ya que la fibra tiene que secar bien. Una vez conseguido se quita el molde, se pule la careta y se hacen los agujeros de boca, ojos y nariz. Seguidamente se incrustaran los cuernos y dientes con el mismo procedimiento.

Final del proceso

Después se pasa al pintado y protección con una capas de barniz, seguidamente la recubren de pelo y le colocan unos enganches semejantes a los que usan los cascos de motocicletas, para que se sujeten a la cabeza y se pueda bailar sin que caigan. Entre los primeros ejemplares, había una careta que representaba a un dimoni blanc, cosa poco habitual, pero que sus creadores pensaron que daría más miedo, seguidamente les buscaron pareja para representar la infernal danza, en este caso, la careta tomaba el color oscuro del diablo. A esta le siguió la careta del dimoni vell, marrón y dotada de una gran barba, confeccionada con pelo de cola de caballo y una melena con lana natural de oveja.

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