La plaza de Ramon Llull fue escenario anoche de la torrada popular ofrecida por el Patronat de Sant Antoni y la Primera ballada dels dimonis. Más de dos mil personas de todas las edades disfrutaron de la gastronomía autóctona, el canto de gloses y la irrupción estelar de los dimonis, protagonistas absolutos de las tradicionales celebraciones.

A las 21.55 se lanzaron varios cohetes y, a continuación, saliendo de la escuela de música y danza, la comitiva oficial con el dimoni gros, los dos dimonions, baciner, músicos de la banda y sonadors invadieron la explanada y brindaron múltiples bailes creando para ello diferentes círculos. A destacar la gran ayuda de miembros de la organización y agentes de la Policía Local para controlar el público y evitar incidentes. Las melodías y canciones de costumbre entusiasmaron y se escuchó de nuevo el genuino "¡parapapatxín!".

Antoni Gomila, presidente del Patronat, informó a este diario que para la torrada se prepararon 100 kilos de longanizas, 100 kilos de botifarrons, 300 panes, 300 kilos de clementinas y 100 litros de vino. Se contó con colaboradores.