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Mayor demanda mundial

La subida de precios desata una nueva fiebre por la siembra de almendros

En los últimos años se ha incrementado en un centenar de hectáreas de nuevas variedades en distintas zonas de la isla - La mayor demanda mundial contribuye a oxigenar a un sector que en la última década había perdido mucho peso económico

Plantación emergente de nuevas variedades de almendros en una finca ubicada en el municipio de Santanyí.

Una nueva fiebre de la almendrafiebre de la almendra se ha apoderado de los campos mallorquines debido al aumento de los precios a nivel internacional. Y es que en los últimos años la demanda del fruto supera a la oferta. Las principales asociaciones agrícolas coinciden en señalar que desde hace unos años se observa una tendencia al alza en la siembra de nuevas plantaciones de almendros a partir de variedades externas de regadío más productivas y resistentes a las plagas. Los payeses se han animado por la buena coyuntura internacional que aumenta la rentabilidad de los cultivos.

Joan Simonet, gerente de Asaja, asegura que en el último lustro se han sembrado unas 2.000 hectáreas de almendras de regadío en Mallorca. “El kilo de fruto sin cáscara, que marca el precio de referencia, se situó en cinco euros en 2016, y en 2015 alcanzó los ocho euros; estos precios animan a la gente porque todo indica que el mercado internacional los mantendrá al alza en los próximos años”, explica.

Más inversión

La consecuencia es un aumento significativo de las inversiones para resembrar campos con almendros. En los últimos meses se han sembrado más de un centenar de hectáreas en distintos puntos de Mallorca como en Sant Jordi (ochenta) sa Pobla (entre diez y doce), Palma (trece) o Santanyí, donde un productor ha sembrado hasta 4.000 nuevos almendros. Desde la conselleria de Agricultura se potencian campos experimentales para analizar la evolución y adaptación de las nuevas variedades de almendros.

Por su parte, Biel Torrens, secretario general de Unió de Pagesos, confirma la tendencia al alza del sector de la almendra en la isla, aunque recuerda que la situación sigue siendo dramática si se compara con el pasado dorado del cultivo. Según sus cálculos, Mallorca habría perdido hasta 10.000 hectáreas de almendros en los últimos diez años, pasando de 25.000 hectáreas a las 14.000 que quedan actualmente. “Por cada almendro que se siembra hoy, se pierden diez”, lamenta Torrens.

No obstante, califica como “positiva” la nueva fiebre por el almendro en Mallorca. “Entre 2008 y 2013 todo eran pérdidas, no se cubrían los costes de producción, pero en los últimos tres o cuatro años los precios han subido y esto ha animado a la gente a intentar sacar rendimiento a sus fincas”, explica el representante sindical. A modo de ejemplo, cita los 37.000 almendros nuevos que se han sembrado recientemente en la finca de Son Vivot, en Inca. “Es una tendencia positiva, pero de ninguna manera se sustituye el volumen de almendros que había hace una década”, añade.

Torrens señala que, a pesar del auge de las nuevas variedades de regadío, “en ningún caso hay que dar la espalda a las variedades autóctonas de secano que tantos beneficios han aportado a los productores históricamente”.

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