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Temporal

El peligro permanente del torrente de Búger

El torrente de Sant Miquel, calificado como "enemigo público número uno", no era el único que ponía en peligro las cosechas de los agricultores 'poblers', pues el torrente de Búger también hacía de las suyas con demasiada frecuencia, hasta el punto de movilizar, en mayo de 1981, a payeses y sus representantes en la Cámara Agraria Local para presionar a través del Ayuntamiento al gobierno para que tomara cartas en el asunto y se realizaran las obras necesarias para evitar más catástrofes.

Se produjo una reunión en el despacho del alcalde de Búger, ya que el tramo conflictivo del torrente pertenecía a aquel municipio, a la que asistieron diferentes representantes políticos. "De nuevo los payeses 'poblers' han podido escuchar las mejores perspectivas de solución", señalaban las crónicas, que se preguntaban si la de 1981 sería la última torrentada.

En aquella ocasión, sí fueron activadas las gestiones para arreglar "lo del torrente". Tanto es así, que en un plazo relativamente corto, empezaron las obras pertinentes para solucionar los problemas que presentaba el cauce en sus puntos conflictivos y, según personas consultadas, aquel desbordamiento de Pascua de 1981 sería el último de importancia que protagonizaría el torrente de Búger.

Asimismo, las obras, que en las últimas décadas se han venido realizando en los malecones del torrente de Sant Miquel y de drenaje de su cauce en la zona próxima a s'Albufera, han evitado su desmesurado desbordamiento de antaño. No obstante han seguido produciendo continuas inundaciones que han afectado a los terrenos cercanos a s'Albufera y a la carretera que une sa Pobla con la bahía de Alcúdia, como ha vuelto a suceder hace solo unos días. Tal vez la actual causa de los desbordamientos de los torrentes que discurren por sa Pobla sea atribuible a la falta de limpieza de los cauces.

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