Son Servera se está convirtiendo en los últimos años en un macro escenario de dos actos propios de las fechas de Navidad. El primero es la celebración de las campanadas de fin de año, donde la plaza de Sant Joan se llena hasta la bandera, para comerse las uvas con el sonar de las campanas del reloj de la iglesia. El segundo es el que se celebra el día 24 de diciembre, la conocida como 'tarde buena', que de cada año va cogiendo más adeptos. Allí se concentran miles de jóvenes en busca de fiesta y diversión.

Este año la afluencia ha superado incluso a la de nochevieja y ha roto todas las previsiones. Y pese a que el consistorio ya había preparado presencia policial y dotación de wc portátiles en la misma plaza, ello fue insuficiente. Si a esto unimos que hubo un bar de los de la plaza que se negó a dejar pasar a sus clientes a los servicios para realizar su necesidades, según denunciaban algunos de los asistentes a la fiesta, provocó que los instalados por el consistorio fueran insignificantes y que la gente llegara a orinar en plena calle, cercando el casco histórico del pueblo.

Esto ha abierto una discusión en el pueblo, sobre si después de tal avalancha de gente que causa un beneficio para los locales de la plaza, pero deja unos perjuicios de suciedad al resto de ciudadanos, porque no se obliga a los bares afectados a correr con los cargos de limpieza de la plaza o de dotación de wc portátiles. Este hecho ya ocurrió hace unos años con el auge de esta fiesta y el consistorio solicitó a los bares que se hicieran cargo de la limpieza de toda la plaza de Sant Joan.