La decisión del Govern de eliminar las paradas de transporte público por carretera en el municipio de Binissalem, además de Santa Maria y Consell (correspondientes a la línea 330), para potenciar los desplazamientos en tren ha disparado las alarmas en la primera de las localidades, cuyo equipo de gobierno (PP-UxB) se opone frontalmente a los cambios que entrarán en vigor el próximo día 4 de enero.

El nuevo alcalde de Binissalem, Andreu Villalonga (PP), anunció ayer que en el próximo pleno presentará una moción dirigida al Parlament para instar al Govern a "rectificar" la medida debido a los perjuicios que, a su entender, provocará entre los viajeros habituales del autobús. "Los usuarios del tren y del bus no comparten el mismo perfil; mucha gente mayor del pueblo suele utilizar el autobús para ir a hospitales de Palma como Son Llàtzer y ahora será más problemático", explicó el joven alcalde popular. "Además, la estación de tren y la parada de bus están a un kilómetro de distancia", añadió Villalonga para dar a entender los inconvenientes que tendrán que afrontar los usuarios del transporte por carretera a partir de enero.

El Consistorio 'binissalemer' ya ha solicitado formalmente a la Conselleria en una reunión y también por escrito que reconsidere su decisión. El próximo paso será la aprobación de una moción en el pleno. "Creemos que no hace falta suprimir toda la conexión, bastaría con eliminar algunas frecuencias", señaló Villalonga. El Ayuntamiento cree que el Govern debería asumir el déficit de tarifa que presenta la línea 330 para "evitar la eliminación de un servicio tan importante para el municipio". A su entender, la red de autobuses públicos "es un elemento de cohesión social y territorial de la ciudadanía".

Por contra, el director general de Movilidad y Transportes, Jaume Mateu, defendió ayer la medida en el déficit económico que arrastra la línea 330 y afirmó que la "reestructuración" responde a una "necesidad" expresada por la empresa concesionaria. Apuntó que la media de usuarios entre Binissalem y Palma es de un viajero por expedición. A lo largo del año la media es de 4.000 viajeros, cifra que contrasta con los 260.000 usuarios anuales del ferrocarril entre ambas poblaciones. "El tren es uno de los elementos de transporte público mejores de la isla, con trayectos cada veinte minutos, por lo que lo más inteligente es potenciar el transporte que funciona y no el deficitario", añadió Mateu.

La medida que entrará en vigor en la primera semana de enero transformará la línea 330 en un bus lanzadera entre la estación ferroviaria de Inca y el santuario de Lluc, con paradas en Selva y Caimari. Hasta ahora, la línea tambien pasaba por Binissalem, Consell, Santa Maria y Festival Park antes de llegar a Palma. La reestructuración implica que estos municipios solo mantengan su conexión con la capital de la isla a través de la línea ferroviaria, transporte que el Govern quiere potenciar para racionalizar la oferta de transporte público en el corredor Palma-Inca. De esta forma, "se evitan líneas deficitarias de bus que realizan el mismo recorrido que el tren", según afirmó ayer la conselleria de Movilidad.

El Govern destacó que la eliminación de las paradas de la línea 330 en los citados pueblos del Raiguer "no significa que estos municipios dejen de tener conexión con Palma o Inca, ya que tienen el servicio diario de tren, con 49 servicios programados de ida a Palma y otros 49 de regreso con destino a Inca, sa Pobla o Manacor, con frecuencias de veinte minutos".

Tal y como adelantó este diario

Tal y como adelantó este diario, la decisión del Govern afecta también a la conexión entre las localidades de Alaró y Consell y la estación ferroviaria que comparten ambos municipios. En este sentido, los usuarios de Consell serán los más beneficiados porque se incrementan de forma significativa los trayectos hasta la terminal ferroviaria, mientras que en Alaró se eliminarán algunas frecuencias. A partir del 4 de enero, habrá un servicio cada 40 minutos, cuando hasta ahora era de 20 minutos en algunos tramos horarios.

En el caso de Consell, los usuarios tendrán a partir de ahora 21 conexiones de ida y otras tantas de vuelta con la estación, cifras que mejoran considerablemente las vigentes hasta ahora.