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30 años de prisión por 'La Internacional'

Los autores de la obra, que ha tenido una gran aceptación entre los vecinos, aseguran que no quieren "remover heridas", sino "escribir una página" que aún estaba en blanco

Grupo de mujeres de las Juventudes Socialistas. archivo de damià ramis

"Nosotros no queremos remover heridas. Lo que queremos es que queden para la posteridad los nombres de las personas que sufrieron la represión. Se habla siempre de que hay que pasar página. Y, bien, pensamos que, antes, esa página se tiene que escribir y, después, que cada uno decida si quiere pasar esa página o no", argumenta Arnau Alemany, uno de los autores del libro Les petjades dels oblidats. La repressió a Esporles, junto a sus compañeros de pesquisas históricas Bartomeu Garau y Guillem Mir. Nombres para la posteridad como el de Catalina Vich Matas 'Cavallita', que trabajaba en la fábrica de Can Fortuny. Catalina fue condenada a 30 años de prisión. ¿El motivo? Según se lee en el libro, el 14 de abril de 1937 -el aniversario de la Segunda República-, mientras trabajaba con una compañera (Maria Torres Campomar), tarareó 'La Internacional' (el himno obrero por excelencia). Tras unos años en la cárcel, se casó con Gabriel Roig Tomàs, otro represaliado del franquismo.

Víctimas mortales

La obra 'Les petjades dels oblidats', que ha tenido una gran aceptación en el pueblo desde que fue presentada, recoge los nombres de las 21 víctimas mortales que dejó la represión franquista. Diez fueron ejecutados tras ser condenados a muerte: Francesc Arbós Salas, Joan Bosch Mas, Gabriel Calafell Serra, Miquel Capllonch Moranta, Bartomeu Comas Ferrà, Pau Fernández Ferrà, Guillem Matas Lladò, Gaspar Moragues Comas, Andreu Nicolau Matas y Pere Riutort Julià. Hubo seis 'desaparecid0s' (asesinados): Josep Arbós Salas, Joan Cañellas Capllonch, Bartomeu Matas Alemany, Jaume Nadal Cañellas, Jaume Nadal Tomàs y Tomàs Seguí Seguí. También fueron asesinados Josep Comas Ferrà, Miquel Seguí Seguí y Joan Valenzuela Ortega. A ellos, los autores añaden dos personas que se suicidaron en la tensión de aquel momento: Salvador Moreno Acuña y Mariano Escandell Torres.

Guerra psicológica

Pese a que el ámbito cronológico del libro empieza con el levantamiento fascista de julio de 1936 y se prolonga hasta principios de los cuarenta, se recogen algunos episodios que demuestran que la guerra psicológica se prolongó durante décadas. Lo demuestra esa frase que decían en Esporles familiares de los vencedores cuando veían a parientes de represaliados: "Ai, ai, aquestes arreletes, les haurien d'arrabassar totes".

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