Un vecino de Calvià se ha encontrado con la sorpresa de que un vídeo que grabó sobre unas matances al estilo tradicional realizadas en el municipio lleva semanas triunfando en Youtube, donde supera ya las 220.000 visitas. La grabación ha generado también un intenso debate sobre esta tradición inmemorial en Mallorca, con la publicación de comentarios procedentes de todas partes del mundo.

El audiovisual, realizado por el calvianer Juan Luis Iglesias, un gran aficionado al mundo de la fotografía y el vídeo, se efectuó durante las matanzas que organiza cada año la delegación local de la Obra Cultural Balear (OCB) en la finca de Can Ros, situada en Calvià vila. En este caso, el vídeo se grabó en el año 2015, pero su viralidad se ha desatado en las últimas semanas.

Iglesias reconoce ser el primer sorprendido por la repercusión de su grabación. Para ilustrar esa especial difusión, recuerda que el vídeo que colgó en Youtube sobre las matances de 2016 ha registrado unas 300 visitas.

La mayoría de internautas que se han interesado por el vídeo procede de Rumanía, seguidos de húngaros, serbios, españoles, norteamericanos, eslovacos, italianos y alemanes.

Las matances de Can Ros han captado también el interés de hindúes, mexicanos, argentinos y británicos, entre otras muchas nacionalidades.

Comentarios críticos

Algunos de los comentarios que ha generado el contenido audiovisual son bastante críticos con esta tradición, al entender que es una "salvajada". Iglesias reconoce que, si uno no está habituado a unas matances, puede sentirse impresionado al verlo por primera vez, pero recuerda que en este caso el sacrificio del cerdo se realiza de acuerdo a lo que marca la normativa, con la presencia de un veterinario que toma muestras del animal. Los organizadores promueven cada año el acto haciendo hincapié en que las matances se realizan a la antigua usanza. De hecho, la iniciativa surgió para mantener viva la tradición en Calvià vila, donde las matanzas caseras han desaparecido casi por completo, a diferencia de lo que era habitual hace décadas. Los organizadores destacan la importancia de que no se pierda tampoco el vocabulario que rodea este ceremonial.