Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Joan Monjo Estelrich: "Creo que la situación de Maria Antònia Munar es totalmente injusta"

"La izquierda debe hacerse mirar la pérdida de votos; para ganar hay que ser gente de palabra"

Joan Monjo posa en su despacho del edificio municipal de Can Picafort. j. frau

En esta entrevista celebrada en su despacho de Can Picafort, Monjo repasa los últimos episodios de la política municipal y recuerda su etapa en Unió Mallorquina cuando el partido entró en descomposición acosado por la corrupción. Asegura que él no tiene nada que esconder.

-Enhorabuena por la alcaldía de Santa Margalida. ¿O debería decir la de Can Picafort?

-Gracias, pero por supuesto que es la alcaldía de Santa Margalida.

-Se le acusa de traspasar la capitalidad al núcleo costero.

-La portavoz de la izquierda nos acusa a mí y al PP de no descentralizar cosas, de no convocar plenos en Can Picafort ni en Son Serra. Esta medida (mantener la delegación de Can Picafort) que se podía entender como descentralizadora, no les va bien. Hacemos la política que hemos decidido PP y Convergència, no la que quiere la oposición que hagamos para que nos estrellemos.

-Pero su pacto con el PP fijaba que cuando usted fuera alcalde cedería Can Picafort a los populares y esto no se ha cumplido.

-Es cierto, y también lo es que Martí Torres (exalcalde del PP) me solicitó cambiar esto hace unas semanas. Él sabe cómo funciona el Ayuntamiento y consideraba absurdo pasar a Can Picafort gestionando las áreas de Hacienda y Urbanismo. No es una idea de Joan Monjo, como quieren vender los de la oposición. El pacto fue muy rápido, en el último momento, pero cuando hay personas de palabra no importa escribir las cosas.

-Personas de palabra que durante la campaña electoral le acusaron de comprar votos.

-No es exactamente así. Hace muchos años que estoy en política y casi todos mis rivales siempre me han acusado de alguna cosa. Es normal que los que pierden acusen a los ganadores. A este caso no le doy ninguna importancia porque no la tiene. Solo fue un comentario en un acto electoral. No había mala intención.

-Las imágenes del debate muestran mucha crispación hacia usted desde las filas del PP.

-La mitad de los que gritaban eran de mi partido. Unos chillaban en un sentido y otros en otro.

-El pueblo tiene la sensación de que el único que manda aquí es usted. ¿Es así?

-El pueblo no tiene ninguna sensación. Quienes tienen las sensaciones y quieren intoxicar a la gente son los de Suma pel Canvi. Deberían hacerse mirar el hecho de que hayan perdido votos en tres elecciones seguidas. Para ganar votos deben ser gente de palabra.

-Explíquese. ¿Se siente engañado por la izquierda?

-Para ganar votos hay que ser gente de palabra... puntos suspensivos (sic).

-En cambio usted ha ido aumentando votos de forma espectacular ¿Cuál es su secreto?

-Soy gente de palabra.

-Obviamente no va a reconocer que compró votos, tal y como le acusaba el PP.

-Es absurdo pensar que un partido que tenía 400 y pico de votos cuando yo lo cogí y que se ha situado en 1.500 y pico de apoyos, compre votos. Hoy es imposible, con el sistema electoral, comprar votos. Si la izquierda pierde es porque la gente no quiere votarles, no porque los otros compren sufragios. Y no les quieren votar porque hay gente que no tiene palabra.

-¿Cómo son actualmente sus relaciones con Can Picafort Unit? ¿Les ofreció la delegación del núcleo costero?

-Son unas relaciones buenas. Hay gente en el partido con la que me llevo muy bien y otros con los que me llevo muy mal. No es cierto que ofreciese la delegación de Can Picafort. En absoluto.

-¿Y que les invitase a entrar en el equipo de gobierno?

-Solo les pedí apoyo para la investidura, ya que era evidente que ellos no presentarían candidato.

-Llama la atención que buscase más apoyos con los votos teóricamente asegurados de su partido y del PP. ¿Temía alguna abstención desde sus propias filas?

-Se comentó que una concejala de mi partido (Magdalena Marimón) se abstendría porque un edil de Suma pel Canvi le pidió por teléfono que se abstuviese en la votación. Les dije que, mientras en Palma o Madrid hablan de voto libre, aquí fomentan el transfuguismo. No había ningún peligro de que esta concejala no me votase.

-Pero si contactaron precisamente con ella debía ser porque sabían que dudaba...

-El motivo es que su marido había sido concejal del PSOE, pero esta chica hace su trabajo y va con el corazón en la mano. No juega a políticas de sillas por Palma.

-Usted ha compaginado la política local con la secretaría general de UM en Palma.

-Llevo en política desde 1983, cuando ya fui concejal. Me ofrecieron un cargo de director general pero nunca he aceptado ningún cargo con silla en Palma. Yo soy ingeniero y para mí lo básico era ejercer de ingeniero. Hasta que no me retiré de Gesa no me dediqué a ningún cargo en Palma. Lo único que hice fue ayudar a UM quince meses en unos momentos muy difíciles en los que... (duda) aprendí muchas cosas. Para mí fue una etapa de aprendizaje. Durante mis 29 años en Gesa nunca me dediqué a la política en Palma y he renunciado a los cargos que me han ofrecido.

-¿No volverá a pactar con la izquierda?

-(Pausa) No es momento de elecciones ni de hablar de si pactaré o no, pero será muy difícil que debido a la edad que yo tengo y a los años que quedan pueda pactar con ellos. Es muy difícil.

-¿Qué falló en el pacto anterior con Suma pel Canvi?

-En un momento determinado le recriminé a Miquel Cifre (exalcalde socialista): "Me has dejado una guardería". (Los actuales líderes de Suma pel Canvi) son gente que se dedica a la política sin ninguna experiencia, con unas ideas utópicas que no son realistas. Son marineros de safareig. Cifre no debería haber dimitido nunca. ¿Qué es eso de dimitir? ¿Cómo puede ser que un partido como el PSOE que tenía cuatro concejales y el PSM que tenían uno y después dos pactan y (Cifre) le da el gobierno al del PSM? Son cosas que no se entienden. Esto le ha pasado mucha factura al PSOE, no a los otros.

-¿Con Cifre hubiese mantenido el pacto con la izquierda?

-Yo no miro el pasado. Nosotros, con Martí Torres habíamos tenido buenas relaciones y también con su familia y el PP. Nos habíamos distanciado por causas 'equis',pero hicimos una reunión y dijimos que el pasado es pasado y vamos a trabajar para el pueblo. Yo con gente que va de cara y cumple la palabra no veo ningún problema. Si las cosas van bien, no las cambies. Esto es algo que aprendí en la empresa. El pacto con el PP va bien y hay una afinidad brutal entre los concejales. ¿Por qué cambiar?

-Pinocho, indocumentado. Son calificativos que usted dedicó a Martí Torres, su socio político.

-Bueno, son cosas que se dicen en política en un momento determinado, como pasa ahora con los del PSM, Podemos y toda esta gente. En política, de esto hay que hacer borrón y cuenta nueva.

-Usted fue de los pocos dirigentes de la última etapa de UM que no ha tenido problemas con la justicia. ¿Es la única mano inocente de UM o es el más listo?

-En absoluto. No creo en que los partidos sean corruptos, hay personas que pueden serlo. UM tenía más de 4.000 afiliados cuando yo era secretario general y los que tienen problemas con la justicia no llegan ni al uno por ciento.

-Estamos hablando de la cúpula, no de los militantes.

-Estamos hablando de UM. El partido hizo cosas muy buenas y también, los dirigentes, no el partido, cosas no buenas. Pero no se puede acusar a un partido. Segundo tema: yo no soy más listo que los otros. Solo quiero decir que Joan Monjo no ocupó nunca ninguna silla en Palma, ningún cargo político remunerado. Todos los que han tenido algún problema con la justicia es porque tenían silla y podían gestionar.

-¿No le ofrecieron ningún cargo cuando UM tenía poder?

-En aquella época, cuando entré de secretario general, teníamos mucho poder durante el primer mes pero después hubo todo el proceso de descomposición del partido. Hubo muchos problemas y temporal. Se necesitaban marineros que no fuesen de safareig.

-¿No llegó a estar preocupado de que también cayese usted? ¿Se sintió investigado?

-En absoluto. Todas las decisiones que tomé en UM no tenían nada de ilegales. En ningún momento estuve preocupado.

-¿Qué opina de la situación de Maria Antònia Munar?

-Me sabe muy mal y creo que es totalmente injusta la situación de Maria Antònia Munar.

-¿Cree que es inocente?

-Creo que muchas de las sentencias en su contra por actuaciones que haya podido hacer no están suficientemente probadas. Es evidente que Maria Antònia cometió errores de bulto como fiarse de la gente de la que no debía fiarse. Esta gente se extralimita, hace cosas que no debe hacer, y en los momentos difíciles es muy fácil decir que la culpa es de Maria Antònia, que es quien lo ha ordenado. Y vete a saber si es verdad o no, porque es la palabra de uno contra la de otro.

-Pero ella ya era lo sufientemente lista para saber a quien quería en su entorno, ¿no cree?

-Es una persona muy lista, y sería absurdo que yo dijera que no es culpable cuando ella lo ha reconocido. A Maria Antònia se la culpa de cosas que ha hecho mal, incluso con corrupción, pero no en todas las cosas de las que la culpan es ella la culpable.

-¿La justicia ha sido más benevolente con los casos de corrupción del PP?

-No entro en el tema judicial. No conozco los temas del PP y menos los de la justicia. Pero el tema de UM sí lo conozco un poco y sé cómo funcionaba el partido. Sé que Munar en 2005 tuvo una enfermedad muy grave y estuvo a punto de morir en el hospital. En aquella época hubo todos los follones grandes.

-¿No fue casual?

-No se trata de esto. Su principal pecado fue dar demasiada confianza y poder a la gente equivocada, y esta gente se extralimitó. Lo que ha pasado después, que es corrupción, es la palabra de uno contra la de otro. Y Maria Antònia tenía demasiados enemigos.

-¿Esta gente de la que habla también está en la prisión?

-O han estado imputados o en la cárcel, aunque yo no sé si en estos momentos están en prisión. No tengo relaciones con ellos.

-¿Mantiene algún tipo de relación con Biel Cañellas?

-En absoluto.

-¿Qué problema tuvo con él?

-Cañellas ha sido un gran político. Desde 1983 hasta 1995, no ha habido otro presidente que haya estado tantos años, con el poder que ha tenido y governs con consellers con tanto prestigio. Marcó una época muy positiva para la comunidad balear. Las divergencias que tuvimos no eran de política general, era un tema de pueblo.

-Algo debió pasar, cuando le abrieron un expediente de expulsión de Alianza Popular.

-Sí, me abrieron un expediente que no concluyeron porque todos se fueron al PP. Yo me quedé como el único de AP. Son temas que no vienen a cuento. Yo era demasiado joven para entender la complejidad de los intereses políticos.

-¿Por qué no ingresó en el PP?

-En 1989 hubo un divorcio con el grupo de AP y la mayor parte del partido formamos un partido independiente que se constituyó en 1991, hace 25 años, que es el partido en el que actualmente milito y es Convergència.

-Desde entonces siempre ha obtenido representación.

-Hemos tenido la alcaldía en dos ocasiones, primero Jaume Ribot en 1991 y ahora lo he conseguido yo. A partir de 2007 ya me tuve que presentar de número uno por primera vez. Para mí lo primero es la vida profesional y después la política. No entiendo a la gente que termina la carrera y se dedica directamente a la política. De la política puede vivirse diez años, pero no toda la vida.

Compartir el artículo

stats