Hablar de Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en Manacor es casi mentar al diablo. Un mito que pese a haberse aprobado en distintas legislaturas en su fase inicial, nunca ha terminado por aplicarse definitivamente, bien sea por motivos políticos o bien por los intereses urbanísticos de turno. Y parece ser que esta vez no será una excepción. De hecho el primer político 'manacorí' en ponerse al frente fue el concejal Antoni Sureda (PP) en 1983, al que le siguió Bartomeu Ferrer (PSM) sin que consiguiera su aprobación antes de finalizar el mandato del pacto de izquierdas en 1991. En 1994 el ayuntamiento de Manacor llevaba gastados más de 40 millones de pesetas en su redacción, que de nuevo resultó en vano. El último en intentarlo fue Bernat Amer, dentro del pacto con el PP de Antoni Pastor, en 2006.