El expresidente de Endesa, Feliciano Fuster, dejó en herencia algunas de sus propiedades más emblemáticas a diferentes ayuntamientos y entidades sociales, aunque la mayor parte de este patrimonio todavía no ha sido aceptado por los beneficiarios porque algunos aspectos del testamento son demasiado ambiguos y flexibles, abiertos a diferentes interpretaciones legales.
Según explicaron fuentes del ayuntamiento de Santa Margalida, "el tema está empantanado en los juzgados por las diferentes interpretaciones existentes del testamento y porque este diferencia entre herederos y legatarios". Al parecer, también habría deudas que los beneficiarios de su patrimonio deberían afrontar, una cuestión que estos quieren aclarar con sus respectivos servicios jurídicos antes de decidir si aceptan las donaciones.
Un ejemplo de la ambigüedad que acompaña algunas de las donaciones de Fuster afecta también a su municipio natal. El testamento del ingeniero superior industrial donaba al ayuntamiento de Santa Margalida un sesenta por ciento de su colección artística y el ochenta por ciento de su fondo bibliográfico, aunque no especificaba qué obras artísticas en concreto eran las que recibiría la institución para que fueran exhibidas en edificios públicos.
Según la última voluntad de Fuster, los cuadros restantes debían quedar expuestos en las viviendas donde se encuentran en la actualidad. La única pista sobre los criterios para seleccionar las pinturas se basa en factores subjetivos como la "menor o mayor armonía" que un cuadro guarde con respecto a la vivienda en la que está expuesto actualmente.
