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Con la música en las venas

Con más de 70 años de pertenencia a la banda de música de sa Pobla se ha retirado de la formación el popular y conocido clarinetista Pau Siquier Cladera, 'Porret'

En 1953, con la orquesta Rosaleda (segundo por la derecha).

Decía su madre que sus primeros llantos sonaban a sinfonía y que las notas musicales, fusas y corcheas, circulaban bulliciosas por sus venas. No en vano desciende de una familia de músicos, "mi padre tocaba la trompeta en la Banda de Música del pueblo y también formó parte de la llamada "Orquestina Rián-Jazz", explica. Se trata de Pau Siquier Cladera "Porret", músico nacido en sa Pobla el año1935.

Sintió el despertar de su afición por la música con apenas diez años, escuchando los sonidos de una flauta de caña tocada por el abuelo de un amigo suyo, "y con la ayuda de mi padre hicimos una flauta y empecé a practicar. A los doce años decidí empezar solfeo con el maestro Joan Rián, con el método Escuela de Solfeo y al cabo de un año me compraron un clarinete y empecé las clases con el hijo de mi primer maestro, Lorenzo Rián".

Estudios

El gran interés que aquel niño demostraba por la música hizo que su maestro aconsejara al padre de Pau que cursara estudios superiores y lo hizo en Inca, con el profesor Jaume Albertí, bajo cuya docencia estuvo durante cuatro años avanzando en diferentes métodos de solfeo hasta llegar al superior de clarinete "Close". Asistía a las clases desplazándome a Inca en bicicleta y algunas veces en tren".

Recuerda, el hoy veterano músico, que la primera vez que salió en desfile con la Banda fue a los catorce años, el día de la fiesta de Crestatx interpretando el pasodoble Pollença, y "lo curioso del caso es que después de numerosos ensayos, todo salía a la perfección, pero la cosa cambió por completo cuando empezamos a caminar y me dí cuenta de que no daba ni una nota a derechas, me costó bastante acostumbrarme a tocar y llevar el paso", comenta con la sonrisa en los labios, "pues no es lo mismo tocar en concierto, de pie o sentado, que hacerlo caminando", añade.

El instrumento con el que todos identifican a Pau es el clarinete, seguramente el que toca con más sentimiento, si bien igual se desenvuelve sin problemas con el saxo alto, la guitarra baja y el teclado. Respecto al teclado, comenta que cuando este empezó a introducirse en los conjuntos musicales, por allá los años 70, "no tuvimos más remedio que ponernos al día y me compre un órgano de dos teclados marca "Yamaha" y comencé a estudiarlo con dos profesores; uno de técnica y otro de armonía con acordes e inversiones, consiguiendo, así, una formación básica en el espacio de dos años".

Pau Siquier decidió dejar la Banda de Música de sa Pobla hace unas semanas, después de casi setenta años consecutivos de pertenecer a ella, a los ochenta y uno de edad y todavía en plena forma. Por tal motivo recibió un entrañable homenaje que le tributaron, conjuntamente, la propia Banda y el Ayuntamiento.

"Este ha sido el segundo homenaje que recibo por parte del Ayuntamiento. El primero fue con motivo de haber cumplidos más de cincuenta años con la banda, de lo que me siento muy orgulloso y agradecido". Siquier, también fue homenajeado por la Federació Balear de Bandes en la séptima edición de la concesión de los premios de la música Antoni Llompart, el año 2009.

A lo largo de su trayectoria musical con la Banda, ha tenido como directores a Joan Rián, Toñito Rián, Jaume Gomila, Llorenç M. Crespí, Albert Sierra y Vicente Bono.

Como no podía ser de otra manera, a Pau Siquier , como a tantos otros músicos de su época, no se le escapó la oportunidad de incorporarse a diversos grupos musicales que animaban las concurridas verbenas de los pueblos de Mallorca, deleitaban con alegres veladas a los turistas veraneantes en los hoteles de la costa, o actuaban en discotecas y salas de fiesta que tanto proliferaron aquellas décadas de los 60, 70 y 80.

"A los 18 años me llamaron para formar parte de la orquesta Rosaleda que formaban ocho músicos de alto nivel. Yo entré para suplir el saxo tercero y me compraron un saxo alto marca Pierret que todavía conservo en muy buen estado y en activo". Con aquella orquesta -todavía no había empezado el boom turístico­- los veranos amenizaban las verbenas de distintos pueblos de la geografía isleña y los inviernos animaban los concurridos bailes que organizaban las salas de fiesta locales: Gardenia Club, Las delicias o el Teatro Coliseum.

Profesionalidad

Como muy bien ha apuntado Siquier, la orquesta Rosaleda, siempre estuvo formada por músicos profesionales o de escuela que dejaban su propio sello de distinción, tanto por la calidad que imprimían a las piezas de su selecto repertorio, como por la elegancia y tablas que desplegaban sus componentes sobre los escenarios. Pau estuvo con el grupo desde el año 1953 a 1959, para, entre los años 1960 a 1985, entrar a formar parte integrante en la creación de nuevos grupos locales que también cosecharon notables éxitos, como Los Dàcora, Hawai y Brisas de Hawai. "Durante la época de Hawai, grabamos dos discos en los estudios Fonal y con Brisas de Hawai toqué el teclado, hasta la disolución del grupo el año 1985".

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